Capítulo 33: Clandestino

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"Todo el mundo tiene secretos. La única cuestión es encontrar donde están."-

-Stieg Larsson


Azula poco a poco comenzó a abrir los ojos, sentía una energía sobre su cuerpo, la luz solo aumentaba su malestar, cuando logró recuperar del todo la consciencia lo primero que vio fueron unos ojos azules y profundos que la miraban con atención.

La alejó rápidamente e intentó incorporarse rápidamente pero un fuerte mareo no la dejó. 

- Princesa Azula por favor no haga esfuerzos -pidió la maestra agua.

- ¿Qué demonios haces maldita mestiza? -escupió con odio. - Como te atreves a tocarme sin mi permiso, con esas asquerosas manos -dijo arrastrando las palabras.

- Azula -la voz de Zuko la hizo entender que estaba en su habitación. - Qué extraña manera tiene de agradecer -dijo en reprimenda.

Azula lo miró mal y rodó los ojos con pereza.

- ¿Qué pasó? -pregunto de inmediato.

- Te desmayaste en tu sala privada de entrenamiento -comentó Mai finalmente. - Quería charlar contigo así que fui a buscarte pero te encontré en el piso

- ¿Había alguien más? -preguntó curiosa. 

- Estabas sola -respondió Mai sin interés. - Llame a los guardias para que te trajeran a tu habitación e informe a Zuko -guardó silencio. -Él decidió que la maestra agua te atendiera.

- Estará bien Princesa Azula -comentó Katara. -Solo necesita reposo, con que descanse el resto del día será suficiente.

La Maestra Fuego la miró con desdén para después ignorarla por completo.

- Príncipe Heredero -dijo Azula sonriendo. - Gracias por cuidar de mi una vez más, pero ya estoy mejor y se pueden retirar.

- A quien debes agradecer es a Tara -respondió serio.

- Gracias mestiza -comentó con desgano. - Que tengan un excelente día -recostarse nuevamente.

Zuko solo negó la cabeza levemente mientras salía de la habitación en compañía de las dos mujeres. Mai miró mal a la morena y le dedicó una mueca de desagrado.

- Mi señor, me retiro por el momento, volveré a la oficina -habló la maestra agua.

- Gracias por todo Tara -respondió amable sonriendo cálidamente. - Te veo ahí.

- Sí, mi señor -devolviéndole la sonrisa. - Con permiso.

Mai miró atenta cada movimiento de esos dos, no quería caer en sus celos pero era evidente que Zuko jamás le sonreía de esa manera a ella, ya no.  

- Mai -dijo finalmente. - Gracias por informarme sobre Azula, no seremos los hermanos ejemplares pero sigue siendo mi hermana.

- Es lo que debía hacer -respondió sin interés. - Me da pena verla tan devastada por Daken, pero la entiendo -mirándolo a los ojos. - Dime Príncipe Heredero ¿Que harias si desaparezco? Esperarías pasivamente como Azula.

El maestro fuego la miró con severidad, no podía creer que juzgará a Azula cuando era evidente que estaba atravesando por una crisis.

- Porque me haces esa clase de preguntas -comentó serio. - Y parece que no conoces a la princesa Azula, dudo que esté esperando pasivamente algo.

- Simplemente deseo saber si mi ausencia causaría algún impacto en ti o quizá sería un alivio.

- No pidas que imagine esas cosas -tomando sus manos. - No es agradable pensar en qué pasaría si las personas que quiero desaparecen en la nada, ni tampoco vivirlo - aseguro un tanto molesto.

In another life    **ZUTARA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora