38. El pasado me persigue

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A las ocho comenzaba la primera sección de la convención, ella en esa parte no estaría presente, luego en  las oficinas  con  el inversionista, presentaría su propuesta y condiciones del Hotel Campestre; en ese momento era donde se necesitaba un intérprete, esperaba de corazón que todo le saliera bien a esas personas.

Era  la una de la tarde cuando ella se dirigía a la oficina de Mendoza que se encontraba en el quinto piso, se paró delante el ascensor y espero, la puerta se abrió lentamente y Mendoza le sonrió de manera muy cálida y saludo a la persona que se encontraba atrás de ella.

_Buenas tarde señor Kim__ saludo__ Le presento a una amiga que nos está colaborando en estos días.

Emily queda petrificada, el corazón comienza a latir de manera desbocada, ella tiembla en esos momentos los papeles se le caen de las manos y terminan a los pies de Kim, muy lentamente se da vuelta y lo mira a los ojos, está más delgado, tal vez se le asoman algunas canas, como siempre arquea su ceja cuando quiere burlarse de ella, como lo hacía en el pasado, ella se agacha e igual él para ayudarla a recoger los documentos, muy cerca él le dice en coreano _¿Cómo esta querida?

Ella abrumada no puede gesticular palabra alguna, sube al ascensor y se coloca del lado de Mendoza poniendo a este como barrera, Kim solo sonríe.

_ ¡Qué pequeño es el mundo!_ Comenta Kim mirando de soslayo a Emily

_ ¿Eso por qué señor Kim? _Pregunto algo intrigado.

_Ah, porque la señora Emily y yo ya nos conocíamos, que sorpresa encontrarla aquí, después de tanto tiempo.

_La señorita Emily, es una buena y muy querida amiga y ella no se ha casado para llamarla señora.

En esos momentos se abre el ascensor y Emily sale disparada al baño de las mujeres, su cabeza era torbellino de pensamientos que la llenaban de inquietud, de pronto comienza a rodar lágrimas en su rostro, una tristeza la embarga o es alegría, esta mujer sí que es masoquista se reprochó.

Limpió su rostro y salió decidida a decirle a Mendoza que no se podía quedar, que debía viajar con urgencia.

En la oficina llena de valor comenzaba hablar con Mendoza sobre su repentino viaje, a la costa, pues era necesario su presencia allá, ya tenía todos los documentos listo solo tenía era que llegar a los acuerdos necesarios, para cerrar el trato.

En esos momentos suena su teléfono.

_Aló, ¿Quién? _No conocía ese número.

_Te espero en el restaurante y colgó _Dijo Kim de forma imperante.

Emily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora