13. Todos alegres por Emily

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Fue donde Verónica su vecina que era muy querida y madre de Antonio el joven que la había estado enamorando, pero ella siempre lo cortaba diciéndole que por ahora no podía estar pensando en novios, que primero era los asuntos de su madre, y si Dios le permitía estudiar sería su próxima meta.

Verónica al verla llegar la abraza y la besa_ Mi niña, goza de este momento_ le dijo. Ahora si puedo pensar en que te hagas la novia de mi Toño_ la miraba de soslayo para ver su reacción. _ ¡Toño! vino Em... ¿dónde esta este muchacho? -pregunto algo irritada.

El joven sale de la biblioteca vestía una pantaloneta playera y una camiseta, usaba unas gafas gruesas y traía el cabello todo revuelto, él no era feo, era atractivo, se veía el resultado de los ejercicios que hacia todos los días después de la universidad. Al verla sonrió y pregunto _ ¿cuál es el motivo de la celebración?_ Le paso el brazo a Emily por sus hombros con tanta familiaridad.

_Em, ¡consiguió empleo!_ Respondió muy emocionada. _Brindemos_ Gritaron al unísono.

Un rato después los dos sentados en el piso de la terraza de la calle, porque la noche estaba bastante calurosa, salieron a tomar un poco de aire y así charlar un poco separados de los mayores

_Veo que estás muy feliz_ afirmo Antonio de manera muy tranquila, pero estaba pensativo.

_Si, estoy tan feliz, que siento que estoy en el cielo_ Respondió Emily con un dejo de emoción.

_Entonces, ahora si podemos ser novios, esa era una de tus condiciones para ser novios, tener un empleo._ Argumento, pero algo en su interior le decía que cuando ella consiguiera empleo ella se alejaría de él, porque era él quien siempre había estado enamorado, siempre él la perseguía, ella siempre ponía limites, pero, realmente no sabía que era lo que la mantenía tan alejada de él.

_No, jamás te impuse esa condición, no quiero ser tu novia, cuantas veces te lo dicho, no quiero ser ruda o grosera contigo, te tengo mucho aprecio, te quiero como al hermano que nunca tuve. _respondió de manera secante _ Sabes mis razones, te las he explicado tantas veces, que me parece ridículo volver  hablar de eso_ dijo y se levantó de donde estaba sentada.

Antonio se levantó de inmediato y la tomo por los hombros y la miró directamente a los ojos, su mirada parecía una súplica, un ruego.

_No, no lo he olvidado, pero tú debes perdonar y olvidar, para que puedas vivir, darte una oportunidad, abrir las puertas al amor y así puedas ser feliz, darte la oportunidad de vivir esa experiencia de amar y ser amada.

_ ¡Basta! _Grito enojada y se soltó de sus manos de formas brusca, le dio la espalda y se fue.

¡Mañana es mi gran día! _pensaba ya en la cama. ¡Lo voy a lograr! esos fueron sus últimos pensamientos al quedar dormida.

Emily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora