Emily.

6. El disgusto Kim Woo Do

¿Qué es lo que se cree?_ decía el hombre que salía de la oficina _ No hemos invertido ya demasiado tiempo y dinero a este proyecto, para que venga a última hora a cambiar las condiciones del contrato_ su cara se veía toda congestionada por el disgusto.

Kim Won Do, de nacionalidad coreana, ejecutivo de la corporación de hoteles más grande de Corea.

_Señorita Park por favor ubica al señor Alexander que es el encargado regional para América. Que me presente un informe de los contratiempos y de porqué de los cambio a última hora.

En esos momento llega el auto que lo recoge para llevarlo hasta el hotel donde esta hospedado.

Su rostro duro como el acero, había vuelto a la normalidad, parecía como si no hubiese sucedido nada, en esos momento, Park lo saca de sus pensamientos y le pregunta: _ ¿Qué va hacer señor Presidente? Sino, cumple los requerimiento del señor Depardieu el proyecto se viene abajo, recuerde que hay unos detrás de usted para quitarle la presidencia, y que una de las condiciones para quedarse es conseguir el contrato acá en Colombia.

_ Lo se _ espetó de manera irónica _ algo se me ocurrirá, pero este proyecto va.

Llegando al hotel, tomo el ascensor y subió de manera sombría, sus pasos eran pesado, caminaba de manera lenta, al salir del ascensor, sus hombros echados un poco hacia adelante, de pronto respiro profundamente levanto la cabeza, enderezo su espalda y entro en la oficina.

Alexander ya se encontraba allí. _ ¿Qué fue lo que sucedió, Señor? Ya estaba todo listo, usted vino a Colombia fue a revisar y a firmar, porque los cambios, yo no tengo ninguna información, hasta ayer todo estaba de acuerdo a los parámetros establecidos por las dos partes.

Arthur Depardiue tenía más de treinta años viviendo en Colombia y estaba tan enamorado de este país como de su esposa, y su lógica de amor lo llevo a pensar que si le entregaba el hotel a los coreanos estos lo podían cambiar todo lo tradicional que este era o hasta venderlo, en fin cambiarlo por otra cuestión, y él había invertido muchos años de su vida y matrimonio en el para que a última él no lo asegurara.

Las condiciones eran claras ellos podrían tener la gerencia del hotel por el término de un año, y después se llegaría de la compra del mismo.

El sería uno de los accionistas lo cual le daría tiempo para estar con su esposa que era algo que deseaba desde hacía mucho tiempo, viajar por el mundo después de trabajar tanto era lo menos que podía hacer, en gratitud tanto a Dios por haberle dado tanto, como para su esposa y él, no tendría tantas responsabilidades y ganaría dinero, el negocio no era malo, pero no quería perder la esencia del hotel. Pero para asegurarlo presento su última carta, de ellos dependía si el negocio se realizaba o no.