La Magia del Orden, por Marie Kondo

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Aquella mañana los truenos me sacaron del letargo. Sobresaltada caí de la cama tras escuchar un estruendoso sonido que no supe asimilar. ¡Qué daño me hice! Rodé hacia la izquierda como cual croqueta y di dos vueltas sobre mí misma hasta que topé con la pared y acabó con el rebozado polvoriento. Me levanté como pude advirtiendo que el dolor empezaba a apoderarse de mi rabadilla. ¡Menudo golpetazo! Levanté una persiana y vislumbré un verdadero espectáculo de la naturaleza. Serian las tres de la madrugada y el cielo se iluminaba cada diez segundos. Abrí un poco la ventana para dejar que me inundara el olor peculiar de la lluvia, ese que tanto me gustaba. Cerré los ojos y disfruté como una enana de aquel momento. Cuando los abrí, seguí por unos minutos admirando la lluvia. Volvía a la cama, quedaban apenas tres horas para que "Perfect" sonara.

I found a love for me

Darling, just dive right in and follow my lead

Well, I found a girl, beautiful and sweet...

No me dio tiempo a escuchar más. De un manotazo apagué el móvil y me di la vuelta. Estiré de la sábana y me tapé la cabeza. ¡Esos minutos siempre son un regalo!

En día pasó, así como raro. No terminé de encontrarme. Llegué a casa después de un largo día de trabajo, cené cualquier cosa y me senté a leer. Acababa de terminar un libro de la saga Outlander y no me apetecía empezar el siguiente. Saqué de la estantería uno que me había comprado hacía tiempo. Leí el título; La magia del orden. Uno de esos de autoayuda que crees que nunca necesitaras leer. Fue grandioso. Acabé con él esa misma noche... y no me pude acostar. Entré en bucle. Pero sin mucho análisis ni nada por el estilo. Una especie de espiral me absorbió, una espiral maligna que me hacia tirar todo lo que llevaba años coleccionando; ropa que jamás me volvería a poner, la ajuar que me había juntado mi madre que nunca usé, las cintas de casete que ya no podía escuchar, los cuadernos con apuntes de la facultad, las muñecas de la niñez, los juegos de mesa a los que odiaba jugar, los muebles viejos que algún día iba a restaurar, las sábanas con pelotas que deberían tener otra utilidad, dos carros de la compra rotos (por si acaso), siete cuadros horribles, dos pinturas peores, quince mochilas, treinta y cuatro bolsos y dos televisores antiguos.

I found a love for me

Darling, just dive right in and follow my lead

Well, I found a girl, beautiful and sweet...

¡Dios! Acabé con la casa metida en bolsas. Hice un barrido con la mirada. A primera vista la casa tenía la misma apariencia. Pero no, no estaba igual. Ni yo tampoco. Me había liberado de ciento de cadenas que llevaba arrastras. ¡Y aún no las había tirado! Esperé ansiosa a volver del trabajo para poder liberarme del todo. De camino a casa compre una botella de vino dulzón para celebrarlo. Una vez que bajé todo al contenedor, solté un suspiro de satisfacción. De esos que te indican lo orgulloso que estas de ti mismo. Una pequeña lluvia comenzó a caer encima de mí. Alcé la cabeza y me dejé impregnar por ella. ¡Qué rico olor! Completamente empapada, seguí bailando bajo ella. Estaba feliz. Cuando la tiritona ganó a la excitación subí de nuevo. Me cambié rápidamente de ropa, verificando la cantidad de sitio libre que tenía y abrí la botella. 

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