20.

153 11 0
                                    

Nuevo día, misma rutina, misma hora, misma mesa, mismo desayuno. Mientras mis amigos hablaban, yo pensaba en que los días se estaban volviendo iguales y repetitivos, al punto de volverse agobiantes, nada interesante pasaba en este lugar; lo único que me emocionaba era Lucas.

Al segundo que terminó el desayuno, caminé hasta el cuarto con Dani mientras hablábamos, hasta que vi un cartel:

Dani me informó un poco más sobre el tema.

—Es un baile que hacemos todos los inviernos, cada año, es para darle un poco de alegría al lugar.

—¡Oh!, qué lindo, ¿puedo acercarme a leer eso que dice en negro?

—¡Claro!

Leí un poco lo que decía y me alarmé. Había un requisito que me bloqueaba: llevar una pareja.


Me cubrí el rostro con las manos, ya que, otra vez, estaba roja.

—Una pareja —me dijo Dani mientras reía —supongo que ya sabes a quién invitar...


-Sí, bueno, em... no sé, supongo que él me invitará.

Me había puesto demasiado nerviosa, si Lucas no me invita primero, ¿por qué no hacerlo yo?

Llegó el almuerzo, una chica tiró su plato nuevamente, pasaba seguido. A pesar de eso, seguimos hablando, esta vez estábamos Rude, Judith y yo en la mesa, por lo que hablamos sobre más cosas.

—Buenooo —habló la pelirroja—, ¿a quién invitarán para el baile de invierno?

—Bueno, en el caso de Ellie todas sabemos la respuesta —dijo Judith riendo.

—Ojalá sea así —quise cambiar de tema rápido, por lo que hice otra pregunta—; ¿y ustedes a quién invitarán?

—A Tadeo —dijeron Judith y Rude al mismo tiempo.

Hubo un silencio muy incómodo, ambas querían invitar al mismo chico, por lo que procedí a hablar para terminar con el momento.

—Bueno, hay más chicos para invitar; y en caso de que no se decidan, podrían ir juntas, así bailan y disfrutan sin compromisos —dije para evitar peleas y el carácter de Judith.

Luego de mis palabras, dejamos de tocar el tema, pero ambas coincidieron en tratar de buscar otros chicos.

Al finalizar el almuerzo, Lucas me frenó, tomándome del brazo.

—Hola, Bella.


—Hola Lucas, ¿has visto lo del baile de invierno?


-¡Sí!, es el segundo que hay desde que estoy aquí, el año pasado, solo que nunca he tenido pareja.

—Pero hay chicas muy lindas aquí —solté—, además, ¿quién te diría que no a ti? —confesé, creyendo que no me escucharía, pero al parecer si me oyó.

Lucas se puso medio rojo después de oírme.

—Bueeeno, pasa menos de lo que crees, además no había chicas que me interesen... hasta ahora.

Se puso la mano en la nuca, y esto significaba que estaba nervioso, habíamos tenido varios encuentros juntos, y siempre hacía eso cuando decía algo tierno.

Me despedí de Lucas de forma rara, depositando un beso en su mejilla; supongo que habían sido demasiadas indirectas como para irnos como si nada.


Sufrí otra recaída, fue la quinta que tuve desde que llegué aquí (que fue hace aproximadamente más de tres meses), me sentí tan decepcionada; fue luego de ir a terapia con los chicos, durante la merienda, esta vez fui yo la que tiró su plato, Rude se acercó a ayudarme, pero Dani llegó al instante, ya que grité "¡AYUDA!", como me recordaba la psicoterapeuta en las charlas.

Me tuvieron que sedar, de nuevo, pero está vez desperté a las tres horas; cuando me incorporé, Dani estaba sentada en mi cama.

—Ellie, has avanzado mucho en estos meses, no tienes que deprimirte de esta forma, tus anteriores recaídas habían sido el primer mes, podía volver a pasar.

No respondí, estaba demasiado triste, por fin había logrado creer que la salida estaba cerca; pensé en Lucas, me había ayudado a avanzar de cierta forma, él era mi soporte.

Dani siguió hablando luego de un largo silencio.

—Pensé en coserte un vestido para el baile, este es el modelo —mencionó, mostrándome un vestido que parecía de ensueño.

Encaje blanco que cubría mis brazos, falda que llegaba hasta el piso y era aún más delicada.

Quedé impresionada, era precioso, me daba seguridad ya que no mostraba tanto mi cuerpo, además el blanco es mi color favorito; le dije a Dani que me encantaba, que si podía ayudarla con algo, pero me dijo que no, que lo dejara en sus manos, y en las de Marcus, ya que él tenía que hacer el traje de Lucas.



Cené en la oficina de Dani, mientras hablábamos sobre los preparativos del baile, luego de terminar, me bañé y me aseé; fui hasta mi cuarto y me quedé leyendo: "Historia de fantasmas" de Sidney Sheldon. Me dio sueño, por lo que preferí acostarme.

Me puse a pensar en el baile de invierno, para el cual faltaban dos días; mi vestido estaba resuelto, mi maquillaje también, pero el problema era mi peinado, ya que como se me había caído el pelo, lo fui recuperando de a poco a medida que pasaban los meses. Otro pensamiento que tuve fue si Lucas me iba a invitar, o si yo tendría que hacerlo, es decir, ¿qué pierdo intentando?, aunque admito que sería muy emocionante que él me invite primero.

Di un par de vueltas para dormir, pero logré cerrar los ojos, mañana sería un día decisivo.

Entre balanzas y cintas métricas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora