𝗼𝗻𝗲, 01

5.8K 527 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.












































Leon abrió los ojos, gruño cuando sintió la excesiva luz y los volvio a cerrar fuertemente. Levanto su cabeza y trono su cuello. Recorrió con su mirada el lugar. Se encontraba sentado en un césped verde y apoyado en un gran árbol. La fuerte brisa movía sus cabellos, poniéndolos justo en sus ojos.

Se había recién levantando, no sabía cuánto tiempo pero si reconocía dónde estaba. El mudo prisión que las brujas habían creado para él. Nadie sabían cómo se veían, pues eran mundos creados por las brujas y destinados para una persona, la cual difícilmente podía salir de ahí y hablar sobre la experiencia. Pero Leon si sabía cómo se veía el suyo porque no era la primera vez que estaba ahí.

El mundo prisión era un lugar donde el tiempo pasaba diferente. Quien estuviera ahí no envejeceria y su entorno tampoco cambiaría. Todo estaría igual durante todo el tiempo que estuviera ahí y sobre todo, estaría siempre solo, aunque eso en León no aplicaba.

— ¿Quien crees que nos habrá puesto aquí? — le cuestionó al hombre lobo sentado a cierta distancia suya.

El rubio soltó paso de página, concentrándose en las letras del libro. Pero estar ahí lo inquietaba mientras que a Leon no le importaba.

— Supongo que ya sabes la respuesta — contesto finalmente.

Salvatore le dedicó una sonrisa, Alexander sabía que esa sonrisa no significaba nada. Paso sus brazos por detrás de su cabeza y se acomodo mejor contra el árbol. Termino por cerrar los ojos.

Jen Wayne la única bruja del séquito que estaba medianamente cuerda, por lo menos lo suficiente como para no usar a un chico como títere y arma homicida. Sin embargo, estaba lo suficientemente loca como para sacrificar a su novio para el experimento del híbrido.

— Deberías regresar a dormir.

— Podría... — considero — Pero quiero estar despierto para el espectáculo.

— ¿Que espectáculo? — pregunto.

Alexander puso su mirada sobre Leon, no había ninguna emoción en él, como desde que apagó el interruptor de su humanidad. El rubio había estado orgulloso cuando Leon apagó su humanidad por primera vez. Pero eso ya había pasado, Stiles lo había traído de vuelta. Sin embargo, otra vez estaba en ese hueco y esta vez era más difícil volver.

Leon solo soltó una risa, un tanto escalofriante porque no contenía emociones, y paso sus dedos por sus cabellos, intento quitarlos de sus ojos. Abrió los ojos y los puso en el cielo.

— Ya sabes — Alexander negó —. Soy un "vampiro" sin humanidad, no estoy aquí por causalidad — explico —. Ahora vendrán a pedir que la encienda y como no lo van a lograr, buscarán diversas formas de que lo haga.

— ¿Te parece divertido? — cerro su libro y le dió una mirada al híbrido, esperando su reacción.

— Tengo que encontrar una forma de divertirme hasta que salga de aquí.

Alexander negó —. No puedes transformarte aquí.

— Eso lo sé, ya he estado aquí — dijo obvio.

— ¿Y que vas hacer? — pregunto —. No es como la vez pasada, Stiles no te salvará.

Leon quitó la mirada del cielo azul y la puso sobre el hombre lobo. Estaba seguro que si tuviera humanidad habría fruncido el seño.

— Stiles no me salvó — contradijo —. Yo le quebré el cuello a todas las brujas — dijo sin ningún escrúpulo.

Alexander lo sabía, él siempre estaba siempre con Leon, porque estaba muerto y estaba unido a él. Claro que lo recordaba perfectamente. Pero sabía que el chico lo había logrado gracias a Stiles pero ahora sin humanidad no lo iba a aceptar.

Leon quitó la mirada del rubio. Recorrió con la mirada el lugar. Seguía siendo césped con un único árbol, justo como la primera vez que había estado ahí. Cada persona, o ser sobrenatural, tenía su propio mundo prisión y este no cambiaba nunca, no importa si salias y volvías a entrar.

Hooked; Stiles Stilinski. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora