Hooked; Stiles Stilinski. ✓

𝘁𝘄𝗼, 02

Leon salió de ese lugar, pues no tenía nada que hacer ahí. Claro, no se fue del todo, esperaría a Theo por ahí. Se quedó en el andén de la casa, pensando en dónde podía ir que no fuera tan lejos, aunque lo máximo que podía pasar es que Theo lo tuviera que llamar para localizarlo.

Sin dudas no parecían querer dejarlo ir, o por lo menos no del todo. Escucho unos pasos dudosos que se acercaban a él. No sé giro, estaba más que claro de quién eran.

No quería hablar, por lo menos no ahora con él pero no se movió o dijo algo. Se quedó ahí con la atención puesta en Stiles pero sin decir o hacer nada. Era como si algo todavía lo retuviera en ese lugar y lo atara a la presencia del otro. No quería aceptarlo y por eso era una mierda; no quería aceptarlo y, sin embargo, no podía negarlo.

Su corazón le decía que justo ahora era inútil ignorarlo pero su cabeza, más dañina y perversa, le decía que lo dejara, que en algún momento se estrellaría y se daría cuánta que ese a su lado no era el Leon Salvatore del que se había enamorado, porque después de mucho dolor se había rendido y había dejado eso fragmentos de él que no servían para nada. Y como él era alguien que solo pensaba y no sentía, pues así era mejor, decidió escuchar a su cerebro.

Su corazón seguía latiendo desembocado, tenía la sensación de que el mundo no se movía a su misma velocidad. Tal vez era muy rápido o muy lento, no lo sabía. Conocía lo que le intentaba decir. Simplemente quería largarse de allí y no mirar atrás, aunque no lo tuviera permitido.

No había nada que él no pudiera romper, incluso ya se había roto a él mismo, así que romper las reglas no sería de gran dificultad. Apagar su humanidad no era una opción pero lo considero, ya que estaba a su poder.

Escucho a Stiles carraspear luego de un rato. Sabía que era para llamar su atención, sin embargo, ni siquiera se inmutó. No sé giro y mucho menos hizo algo para que el otro supiera que tenía su atención.

Leon tomo esa caja con miles de candados y cerraduras que estaba muy dentro de su ser. La uso como hace tiempo que no lo hacía. La escuela de cazadores le había dejado muchas enseñanzas y dolores, y esas caja era una de ella. Diseñar algo donde pudieras encerrar tu emociones para que no afectarán tu vida de cazador. Una caja que solo él podía abrir pero que no era tan buena como apagar su humanidad, porque siempre había peligro de una filtración.

— Tenemos que hablar.

— No hay nada de lo que tú y yo podamos hablar — sentenció con voz firme. Al hijo del sheriff le recordó a cuando se conocieron. Era la distancia más grande que había sentido entre él y otra persona en ese momento y ahora lo volvía a ser.

— Sabes que si — no se rindió.

— No, no lo sé — gruño —. Deberías ir con tus amigos, haber si no los molestas a ellos.

El Salvatore empezó a caminar, había acabo la conversación ahí. No le interesaba si el otro tenía algo más que decir, o por lo menos eso quería aparentar. Luego llamaría a Theo, aunque suponía que el chico ya sabía más o menos lo que estaba pasando.

— ¿Estuviste todo el tiempo con Theo? — se puso en frente y lo detuvo.

El híbrido frunció el seño. ¿Por qué no entendía que quería que lo dejarán?, No era tan difícil hacerlo. Era por su bien y por el de los demás. Stiles debía dejar de ser egoísta, aunque tal vez él era el egoísta. Sin embargo, ya no había vuelta atrás. Debía seguir así para que nadie más que él saliera lastimado por las decisiones que tomaba. Las consecuencias de sus acciones debían de ser solo para él, pues una vez que este seguro que Raeken no está del todo mal se iría y haría un desastre.

— No te incumbe.

— Creo que todavía no lo entiendes — sentenció —. Tu me importas.

— No me interesa entenderlo, Stiles, no debería ser muy difícil para tu cabeza entenderlo — tocó su frente con su dedo índice haciendo algo de fuerza, moviendo al pálido y se fue con su velocidad vampirica.