𝗲𝗻𝗱

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Leon ya ni siquiera podía confiar en dos de sus sentidos más agudos, vista y oído. Se había topado con un cazador, al cual no le había tomado la más mínima importancia por su propio orgullo y ego algo exagerados. Ese fue su error. Nunca se imagino que el cazador hubiera ingeniado para lastimarlo y como lo estaba lastimando.

Se tapo los oídos al escuchar el chillido extridente nuevamente. Estaba tan seguro de que no había nada produciendo ese ruido como estaba que sus tímpanos se iban a quebrar si seguía escuchándolos. No importaba cuánto se los tapara, seguía oyendo ese ruido recorriendo desde su oído hasta su cerebro.

Podía sentir su sed de sangre queriendo dominarlo y su autocontrol desapareciendo más rápido de lo que le gustaría. Además, tenía alucinaciones de todo tipo. No sabía que era real y que no, lo que solo hacia más difícil su intento por seguir hacia delante.

Bajo la cabeza con cansancio. Por primera vez desde que había descubierto que era híbrido sentía que le pesaba su existencia. Su piel ardía, sus músculos pesaban y sus huesos dolían. Intento volver a levantar la cabeza, cosa que fue en vano, su cabeza volvió a caer con fuerza.

Su saliva salió de su boca en el momento que intento respirar de mejor manera. Con su lengua recorrió su boca y pudo sentir sus colmillos. No dudo que las venas debajo de sus ojos se estaban marcando y que el iris de sus ojos ahora era de color amarillo.

La sensación de que todo se le escurría entre las yemas de sus dedos estaba ahí, más presente de lo que nunca había estado. Limpio el hilo de saliva que salía de su boca con la poca fuerza que aún le quedaba y levantó su vista lentamente, hasta mirar el camino que se encontraba a su frente.

Era como si hubiera apagado su humanidad, lentamente estaba empezando a sentir poco más que una incontrolable sed de sangre. Aunque, de alguna manera, era totalmente diferente. Apretó con fuerza sus ojos, en un intento de dejar de percibir las vividas alucinaciones visuales y auditivas que se presentaban a su alrededor.

Cerrar su boca requirió un esfuerzo mayor, casi que tuvo que usar cada parte de su tonificado cuerpo. Una vez todo su cuerpo se encontraba en la dirección hacia la que quería avanzar decidió caminar, sin embargo, sus pies no reaccionaron en el instante que sus fosas nasales captaron el olor de sangre cerca a él. Maldijo mentalmente mientras, por inercia, pasaba la lengua por sus labios.

Se resistió con toda la fuerza que quedaba en su cuerpo, que no era mucha, a girarse y a encarar a quien sea que producía ese aroma tan encantador y fascinante.

— Le...

No termino de escuchar lo que suponía que era su nombre. Se volvió a tapar los oídos al momento que escucho un pitido, peor que todos los chillidos anteriores, romperle los tímpanos. Se tambaleó levemente sin dejar de cubrir sus oídos con sus manos. Su cabeza no lo soportaría más.

No supo reconocer en qué momento la ira sin control llegó a él, tal vez en el momento que ese sonido llegó a sus oídos. Se giro sin control sobre si, al mismo que deseaba no tenerlo. La ira lo estaba cegando, eso era claro, pero sabía que daba igual, de todas maneras no dudaría mucho en ese estado. No llego a diferenciar con claridad lo que vio.

Se abalanzó sobre lo que sea que haya visto, en ese punto ya le daba totalmente igual si era una alucinación o alguien real. Sin embargo, cuando sintió como sus garras perforaban su estómago con fuerza y como sus colmillos se clavaban sin piedad en el cuello del otro supo que era otra persona.

Decidió enterrar sus garras hasta lo más profundo del abdomen de su víctima, cosa que hizo sin dificultad alguna. La sangre chorreaba por su barbilla. Despegó un poco su rostro del cuerpo ajeno. Paso la lengua por algo de la sangre que había quedado en sus labios, para disfrutar el sabor y en el momento que lo hizo sintió una especie de deja vu. Esa sangre ya la había probado y la conocía a la perfección. Soltó el cuerpo por autoreflejo y mientras caía para Leon todo paso en cámara lenta.

Por primera vez en mucho tiempo había lágrimas recorriendo las mejillas del híbrido —. S-Stiles... — murmuró con voz rota.

El pálido le dió una sonrisa y con una seña bastante débil le indico que se acercará. Se dejó caer al concreto sin cuidado alguno. No podía detener las lágrimas rebeldes que salían de sus ojos, aunque tampoco es que supiera como hacerlo. Ayudo a Stiles a llevar sus manos a su rostro. Las dejo estar ahí y colocó una de las suyas sobre las de él.

— ¿Por qué te acercaste?

— No... — algo de sangre salió de la boca de Stiles sin previo aviso, lo que solo hizo que la desesperación en Leon empezará a crecer —. Podía dejarte morir.

— Hubiera preferido eso — comento con una sonrisa amarga.

Stilinski hizo un sonido de negación y movió muy levemente su cabeza hacia los lados. Decidió quedarse callado, pues podía sentir la sangre queriendo salir por su boca y podía ver en los ojos ojos del otro que no lo soportaría.

A los ojos de Leon ya no habían alucinaciones, solo existía impotencia y desesperación. También había algo de dolor. No sabía cómo describirlo, solo había una bola de emociones dentro de él y no sabía cómo manejar una o otra. Y para cuando Stiles empezó a perder fuerza más y más rápido el híbrido ya estaba en el punto máximo de su desesperación, estaba perdido.

Hooked; Stiles Stilinski. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora