El error mas grande que cometemos la mayor cantidad de mujeres es querer toparnos con "alguien especial" en mi caso específicamente con el chico del mazda 6 rojo, no porque me interesara, no para nada ... Pero quería saber su nombre ademas yo no era muy social y quizás el me presentaría a sus amigas y amigos y yo me ahorraría el sentimiento incomodo de no conocer a nadie, por el que pasamos todos cuando somos nuevos.
Ya era sábado, mi abuelo veía un programa en la T.V en el que gente entraba en un tubo, este lanzaba dinero y la gente tenía que atraparlo, contaban con el tiempo de un minuto para tomar en mano cuanto podían. Mientras tanto, mi abuela preparaba las cosas para mi instituto, muy tiernamente la planchaba y la colocaba en mi clóset con mucha precisión y yo estaba tirada en un mueble pensando en como sería mi primer día de clases, es que no tenía idea de como era eso, la última vez que entre por primera vez como nueva a una aula fue hace unos 11 años y creo que en esa parte de mi vida aun no tenía vergüenza, según mi madre ni siquiera llore y me despedí con la mano.
Como era sábado, y muy temprano aún mis abuelos me invitaron a tomar un helado y yo accedí, con el calor que hacía un helado era la cosa mas magnifica del mundo, y a decir verdad mis ganas de salir de casa eran inmensas, tenía ganas de conocer la ciudad, de desconectarme un rato de todas las cosas que han pasado, desde la muerte de mamá hasta el chico del auto rojo y músculos marcados, esos pensamientos me tenían ya algo irritada, tomar aire me haría bien.
Subí a mi alcoba tome una ducha rápida y me vestí con unos Shorts color Carne, un t-shirt rosa y unos converse blancos que amo mucho, maquille mis ojos con mascara, pinte mis labios de color rosa y solté mi rebelde pelo. Okno mi pelo es normal.
Salimos como alrededor de las 2:00pm, fuimos a una plaza con un nombre muy chistoso algo así como la parte trasera o algo por el estilo, allí había tiendas, restaurantes... Incluso, había una área donde daban masajes. Ahí estaba también la heladería, mis abuelos preguntaron que quería y yo ya decidida opte por una malteada de chocolate y vainilla. (Mi helado favorito).
Al terminar mi helado les pedí a mis abuelos que me permitieran caminar un rato y ellos Dijeron que si. Mientras caminaba por mas estupido que suene solo imaginaba como seria mi primer día en mi nueva escuela con el chico musculoso del auto rojo y para colmo creía que todos los chicos rubios eran el, incluso llegue a esconderme para que "el" no me viera y resulta que no era él sino un vendedor que creo que era gay.
Entre a una tienda y cuando salí, para mi mala o quizás mi buena suerte ahi estaba el chico musculoso del auto rojo vestido con unos jeans de mezclilla, una camisa azul y unos converse negros, me quede observándolo por un tiempo corto (unos 15 o 20 minutos) y luego tome la decisión de saludarlo pero para mi sorpresa el me saludo a mi.
Grito: --Emmaaaa-- *con su voz porno algo exaltada* y yo sin mucha emoción respondí: --Estupido! estoy a tu lado tenías que gritar?-- El tratando de hacerme la vida imposible dijo: -- te ves tan bonita cuando te enojas, y querida, yo se que este estupido te encanta-- yo no dije nada, quería responderle pero no sabía que decir así que solo reí.
El me tomo de la mano, me halo con mucha fuerza y luego dijo te enseñare porque me encanta esta plaza, ah y por si las dudas, mi nombre es James Avilla Mercuri, pero todos me dicen "Jey". Corrimos un montón y al terminar de correr y subir escalones entendí el porque de su encanto por esa plaza, desde lo mas alto de la plaza se podía observar el mar y como las avecitas volaban, eso era hermoso.
El miro y sonrío, yo solo le dije: --para ser tan estupido tienes un gusto muy lindo-- el solo asintió y me abrazo luego dijo que se tenía que ir, se giro y se marcho...
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Otro Error, tu.
Novela JuvenilTropezar con la misma piedra debería ser pecado. Del otro lado del mundo pero sin oportunidades? Palabras en las que no creó, pero que me hacen temblar. Nada nunca va a cambiar. Emma Elizabeth Bell Bollini que cosas dices?- Escucho la voz de mi subc...