×Trece×

421 63 11
                                    

Ese día en particular estaba lloviendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ese día en particular estaba lloviendo. Vaya suerte la suya, su vuelo había sido cancelado por el pésimo pronóstico en el clima.

Una tormenta se había asentado sobre todo el país y los aeropuertos quedaron totalmente cerrados hasta nuevo aviso.

Definitivamente la suerte nunca había estado tan en su contra.

Pero al menos estaba más tranquilo, había ido a hablar con su padre Omega y aunque ambos habían llorado, llegaron a la conclusión de que se necesitaba el espacio, o bueno, al menos eso había dejado en Claro TaeHyung. Que él necesitaba en serio poner espacio entre aquel alfa y su persona.

Lo único bueno en el ambiente era el sonido de las gotas caer, nada perturbaba aquella paz engañosa que brindaba la lluvia, podía hacerte dormir como nada en el mundo pero también podía hacerte sentir asfixiado al mismo tiempo. La dualidad en aquel ciclo del elemento le parecía muy interesante mientras caía por cada lugar deslizándose como si todo le perteneciera.

Aunque nada es para siempre, y su silencio eterno se vio interrumpido por un timbre, más precisamente hablando, el suyo.

Y se acercó de forma extremadamente vaga hacia la puerta de entrada para poder abrirla. ¿Quién estaba lo suficientemente loco para visitarlo en plena tempestad?

Así que sin dar importancia al asunto, abrió aquella puerta pero su aliento salió tan rápido al ver quién se encontraba del otro lado. Sintió sus piernas temblar inevitablemente y quiso creer que era una broma del destino.

-¿Puedo pasar? -aquella voz suave, debería estar pidiendo cada letra que pronunciaba- Por favor. Quiero hablar contigo.

Apretó los labios mirando a otro lado pero al final, le dio pase libre al Omega para que pueda ponerse cómodo en su sala.

No era un monstruo, no podía tratarlo con indiferencia solamente por errores suyos, así que incluso le cedió el mejor asiento a este y se dispuso a preparar dos tazas de chocolate caliente para menguar el frío que calaba en sus huesos.

-Te ves horrible.

Bueno, de todo lo que le han dicho en su día, cree que eso ha sido lo mas sorpresivo y ofensivo que pudo escuchar.

Dejó el chocolate caliente y humeante en las manos ajenas y solamente miró al contrario sin entender a qué iba todo eso.

-Creeme, sé que me veo horrible, de no ser así, no estaría a punto de perder mi trabajo.

El Omega más joven sonrió bajando un poco la cabeza mientras dejaba aquella bebida a un lado para que su temperatura baje un poco más, ya que la consideraba bastante alta y poco provechosa.

-No quería que se escuche de esa manera, déjame empezar de nuevo, te vez horrible. -El Kim mayor iba a gritarle alguna grosería de regreso, pero el menor levantó la mano para hacerlo callar unos momentos- Y JungKook también está horrible. Los dos, ambos, se ven tan... Acabados.

Abrió mucho los ojos ante aquella declaración, no puede ser cierto, veía al castaño siempre aún sin quererlo, seguía teniendo aquellas facciones perfectas y varoniles que había ganado con los años. No parecía para nada estar acabado.

-YuGyeom...

Pero nuevamente el menor no lo dejó continuar, solo le sonrió un poco y arrugó su nariz, un acto que le recordaba mucho a Jeon pues este siempre solía hacerlo.

-No, no. Déjame hablar, me he escapado de una cena familiar, donde iba a recibir a mi prometido solamente para venir aquí a hablarte, así que por favor, déjame hablar. -Eso bastó para que el de cabello azul cierre la boca y se quede mirando fijamente al contrario- JungKook no se casará conmigo, y no lo hará porque yo no lo voy a permitir. No me mal entiendas, lo quiero muchísimo, me imaginé una vida a su lado y créeme que me hizo feliz todo lo que él pudo. Pero hay una brecha entre nosotros que no lo deja ser totalmente entregado a mí y ese eres tú.

Tomó nuevamente su taza de chocolate con una pequeña sonrisa mientras no separaba sus ojos del mayor. No sabe lo que estaba haciendo, pero sí entiende que era lo mejor para todos.

-Luego de lo que pasó al anunciar nuestro compromiso, me pareció demasiado extraño que el ambiente se haya puesto tan tenso. Así que le pedí por favor a SeokJin que me explique la situación, fue complicado, ya que Kook no quiso hacerlo, pero luego de mucho rogar y con algo de ayuda de NamJoon Hyung, pude descubrir qué es lo que pasaba entre ustedes y... Quiero decir, TaeHyung, que de haber sabido esto, nunca hubiese considerado contraer matrimonio.

Los ojos del mayor se abren mucho y ahora estaba nervioso. No sabe qué parte de toda la historia habían contado NamJoon y SeokJin, así que estaba entre la espada y la pared en ese momento, se sentía nervioso y creía que tendría un ataque de ansiedad en ese instante.

-No, no quiero ser la razón por la que no te cases con él, debes hacerlo, es lo mejor para ambos. ¿No lo viste? Está feliz a tu lado, por favor, ambos necesitamos espacio, mientras más grande mejor.

Casi estaba rogando de rodillas. Casi, porque no se sentía con la fuerza necesaria para hacer aquello. Pero por otro lado, el menor se levantó dejando nuevamente en segundo plano a su bebida, tomó una de las manos temblorosas del Omega mayor y la abrigó entre las suyas.

-No, tú crees que mereces eso. Sé que son destinados y sé lo que sucedería si dejo que Kook me marque. No tienes que engañarme, TaeHyung, aunque soy más joven que tú, no soy tonto y aunque digas que él es Feliz a mi lado, lo veo perdido siempre, no está ese brillo en sus ojos, su aroma es a penas perceptible para mí y ni hablar de sus ánimos. Él lo intenta, sí, pero yo no seré el indicado. -Tomó el anillo en su dedo y sonrió poniéndolo en la mano del mayor. Cerró esta en un puño para que no lo suelte y dejó un suave beso en el dorso. - Mi alma gemela puede estar esperando por mí ahí afuera. No voy a robarte la tuya. Pero Tae, esta es tu última oportunidad de recuperarlo. Te estoy dando tiempo, hablaré con mis padres y... Por favor, si todo sale bien, invítame a tu boda, sé que estarás más hermoso que nunca ese día.

Una de las manos de TaeHyung soltó la taza de chocolate y fue directo a su boca que se había abierto para comenzar a llorar. Definitivamente no podía aceptar aquello, aún si le estaban dando la oportunidad, no podía, JungKook ya no lo quería como pareja.

-No digas eso y-yo, te juro que estaré bien. E-en serio. Él ya no me ama, no aceptará nada conmigo.

Pero el más joven solo soltó una pequeña Risa y abrazó al mayor, por primera vez en esos días, Tae pudo sentirse realmente tranquilo entre los brazos se alguien, mientras intentaba regular su respiración y dejar el llanto.

-Te ama, pero tú no lo dejas demostrarlo. Así que deja de llorar, sé fuerte y ve a su casa, te recomiendo que sea en un rato, así le dará tiempo a llegar para que se encuentren ahí. Recuerda Tae, te estoy cediendo mi matrimonio, espero que lo aproveches, Hyung.

Dicho eso, besó la frente del Omega que era un manojo de temblores y nervios. Tan rápido como YuGyeom había llegado, así abandonó su hogar, solamente dejando estragos y aquel hermoso anillo de compromiso que alguna vez JungKook le había dado.

Lo apretó en sus manos y buscó una pequeña bolsa para meterlo ahí.

La tormenta había mantenido su intensidad, pero no quiere decir que Kim no podía salir de casa. Así que limpió su rostro y fue a su habitación por algo que vestir. Lo más probable es que Jeon lo mande a la mierda y que no lo deje entrar a su hogar ni siquiera, pero a ese punto, ya no tenía absolutamente nada que perder.

Lo entendía ahora, cuando estaba al borde de que todo en su vida se fuera a la mierda.

Justo por eso pensó que le debía un gran favor a YuGyeom, y la mejor manera de pagarlo era haciendo lo que el menor le pedía.

Era una total locura, pero, donde no había nada que perder, estaba todo seguro.

Entre Pinceles y Pigmentos [JJK+KTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora