Entre Pinceles y Pigmentos [JJK+KTH]

×Veinte× [Final]

Estaba estresado, bastante de hecho.

Maldecía Al mundo y a todos, últimamente, su relación avanzaba de maravilla, estaba más que feliz de todo lo que podía hacer al lado de TaeHyung. Sinceramente no podía irle mejor en la vida, ya casi vivían en la casa del otro pues cuando uno no estaba en una el otro se encargaba de buscarlo.

Todo era maravilloso, pero notaba algo. Un vacío en su Omega, aunque este no le diga nada, Jeon sabe que es porque no tenían nada formal, parecerá estúpido, pero había estado hablando al respecto con JiMin y él le contó lo importante que era aquel lazo oficial para cualquier persona, más si es como su lindo chico de ojos oceánicos.

La cosa es, que no sabía qué hacer. Lo estresaba el hecho de no tener ni la menor idea de algo especial que sea lo suficientemente hermoso, claro, nada opacaría la belleza de su Tae, pero podía hacer el intento de nivelar un poco las cosas.

El peliazul estaba a nada de llegar del trabajo, lo estaba esperando en casa porque se había tomado la molestia de salir unas cuantas horas antes del propio, no es como que tenga demasiado que hacer, había avanzado bastante sus cuadros desde que tenía a su lado al mayor. Le encantaba de hecho, podía pintar hasta dos por día y cuando se sentía bloqueado solo era necesario tener el bello consuelo su destinado y todo mejoraba nuevamente.

Escuchó la puerta abrirse y de inmediato sonrió queriendo liberar el estrés acumulado que tenía. En serio necesitaba ideas y rápido.

—Kook, me detuve en una pastelería para comprarte unos muffins, son ricos, deberías probarlos. Además traje leche de plátano.

Mostró las bolsas con una gran sonrisa, dejando todo sobre la mesa y sintiendo los brazos del alfa rodearlo. Lo único que atinó a hacer fue darse la vuelta y besar una de las mejillas del más alto. La verdad es que aún se le hace algo complicado eso de desmontarle afecto, pero hasta el momento todo había salido bien así que no hay problemas. 

—Creo que hoy te amo más que ayer. —Asegura el menor mientras observa lo delicioso que se ve todo lo que había llevado su hermoso ojizafiro— Pero no es el caso. Ve a darte una, seguro estás cansado, yo me encargo de lo demás.

Kim observó el menor y luego de unos momentos asiente, la verdad es que sí estaba algo cansado, tener que estudiar y también trabajar a la vez hacía todo agotador. Por lo que sin poner mucha objeción, solo se dirigió a la habitación.

Esa tarde había pasado tranquila, quizás demasiado.

Había notado que era pésimo para pensar en sorpresas, suponía que se debe al hecho de que nunca se esforzó en hacer una como tal. Siempre era comprar cualquier regalo que parezca algo bonito y ya. Nada que implique usar aunque sea el mínimo porcentaje de su cabeza.

Ahora era distinto, necesitaba un evento grande pero pequeño, bueno, él se entendía. TaeHyung merece lo más especial que pueda darle, pero no sabía que hacer.