Capítulo 23.

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Hera

Hera suspiro frustrada, escucho a Zeus decir que al fin que Ares había dejado ir a su esposa, el  iría tras de ella

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Hera suspiro frustrada, escucho a Zeus decir que al fin que Ares había dejado ir a su esposa, el  iría tras de ella.

A Hera no le convenía eso, no era justo que una mujer cualquiera fuera la amante de su esposo, menos convertirla en la oficial a como  hizo con Methis.

Odiaba a Zeus con todas sus ganas, lo aborrecia, pero por más que quisiera irse no podía, había un lazo que lo unía a el.

Uno que aun que ella pudiera romper a como hizo  con Persefone y Hades,  no podría, era la diosa principal del matrimonio y eso estaba prohibido.

Era la muerte o una vida al lado de la persona que la hacia infeliz.

Y muchos hubieran preferido la muerte.

Hades ingresó a la enorme habitación con paso elefante, Hera sonrió al ver a su hermano ahí, era el único que aún le tenía respeto y ambos se adoraban.

—Amada hermana -se acercó a besar su mano, ella sonrió.

—Hera, siento que pienses que sólo vengo a ti cuando necesito favores, pero eres la única que puede ayudarme.

—Y eres al único que le haré los favores que quieras, eres mi único hermano bueno -le sonrió y le invito a tomar asiento —Se que tienes a la ninfa.

—Todos lo saben.

—Zeus no -ella sonrió —Te daré lo que quieras, pero no quiero verla nunca más en mi Reino.

—Justamente por eso vengo, haz que se divorcie de Ares y nunca más vendrá aquí y mucho menos Zeus la tocará de nuevo.

Hera sonrió y lo miro detenidamente.

—El temible Hades se enamoró, ni Persefone hizo que tu rostro se uliminara tanto. -Hera le sonrió con ternura— me alegra que estés así, y te consedere tu petición.

Ambos se pusieron de pié y Hera le otorgo sus tijeras de oro.

Con ellas podría cortar el lazo que unía a Ares y a Helena.

—Envialas luego, Hades, no dejes que ellos lleguen a tu Reino, suficiente tengo con las amantes de Zeus como para que Helena regrese a hacer revuelo -Hades asintió y beso su frente para luego desaparecer del lugar.















—Envialas luego, Hades, no dejes que ellos lleguen a tu Reino, suficiente tengo con las amantes de Zeus como para que Helena regrese a hacer revuelo -Hades asintió y beso su frente para luego desaparecer del lugar

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La Diosa De La Maldición © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora