Capítulo 24.

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Ares tiro todas sus cosas al saber lo que su madre había hecho, ya Helena no estaba atado a ella y se había ido.

—¡Maldito Hades! -gruño rompiendo la puerta.

—¿Qué piensas hacer? -Eris su fiel amiga se acercó a el y acaricio su pecho.

—Los haré sufrir hasta la muerte -Eris soltó una risa.—¿De que te ríes?

—Creo que tengo algo que te pueda ayudar -susurro en su oído y se alejo—Ya regreso -salió dejando a Ares con la duda rondando en su mente.














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Hades sonrió nervioso terminando de arreglarse, Hécate se reía de el al fondo.

—Pareces un niño -acomodo su traje— a Helena le gustará.

—Con que le guste yo esta bien.

—Ajá  -soltó la mujer dándole un vistazo —estas listo, por favor no te desmayes.

—Nunca -Hécate negó y salió riendo de ahí.

Al otro lado Anne vestía a Helena con suma atención, su hija revisaba cada vestido que su madre tenía y le decía cual debía de usar.

—Espero pronto asistir a una hermosa boda -comentó Anne.

—Yo también Anne- Helena la miró— hay muchas cosas que no se de ti.

—Hay tiempo para ello -Ya'tkeim se acercó a ambas.

—Bueno, mi madre era una ninfa, estuvo al servicio de Zeus antes de que yo naciera y este abuso de ella y nací yo -murmuró triste— mi madre para que Hera no la matará decidió entregarme a Apolo y así ser una musa.

La Diosa De La Maldición © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora