Helena observaba como Afrodita charlaba con sus damas, todas reían ante lo que decía una hermosa mujer de cabello rojo. Helena recordó las palabras de su señora y sonrió de lado, cuándo verifico que no la necesitarían en un buen rato se dirigió hacía dónde trabaja Hefesto.—¡Helena!—exclamó feliz el Dios.—¿Que te trae por aquí? Aún no es hora.
—Afrodita tiene visita y ya no me necesitaba— Hefesto sonrió —¿Me podrías enseñar más sobre tu trabajo?- el herrero asintió.
—Ponte aquéllos guantes y aquel delantal, te ensuciaras.
—No importa- sonrió colocandose todo.
Al caer la noche ambos regresaron al palacete entre risas, el dios se sentía vivo cada que Helena estaba a su lado.
La joven rubia corrió a sus aposentos una vez termino de servirle a Afrodita y comenzó a desvestirse una vez estuvo libre de todo trabajo.
Pero unas manos acariciaron sus caderas y quiso llorar al saber quién era el que hacia aquello.
—Has regresado hermosa- beso su cuello causando que la joven sintiera arcadas—no me gusta que estés a solas con ese.
—Usted no es nada mío- trato de cubrir su cuerpo con sus delgados brazos.
—Lo seré- la giró y la beso, Helena forcejeo con el dios y soltó un sollozo al sentir como este la lanzaba a la cama.
Quiso gritar pero una de sus manos tapó sus labios y con la otra comenzó a recorrer su cuerpo, mordió con ferocidad sus pechos y Helena en un arrebato le lanzó un patada en su entre pierna.
—¡Maldita!-grito—pagarás por eso.
—¡Váyase! ¡me da sacó!- gritó haciéndose un ovillo en el suelo—no lo deseo como hombre, ¡lo detesto!
—Pagarás muy caro esto Helena- se acercó a ella y la tomo por el cabello—haré que todos te odien tanto que al morir irás al peor lugar del Inframundo, Ninfa malagradecida- y con eso último desapareció.
Helena se abrazó así misma y sollozo tan lento que sentía su corazón detenerse, se había salvado esa vez, pero sabía que si regresaba ella dejaría de lado su inocencia.
A la mañana siguiente Helena se miró en el pequeño espejo que Afrodita le había regalado al cumplir diez años, tapo con su cabello las marcas de las manos de Zeus en su cuello, miró su vestido y lo acomodó para quitar la incomodidad y salió directo a los aposentos de Afrodita.
Paso toda la mañana ayudando a la diosa a elegir un vestido para la cena que se celebraría en el palacio de Zeus, la ayudo a peinarse y a escoger sus mejores joyas y luego la vio partir.
—Helena, estas distraída ¿pasa algo?-la voz de Hefesto la sacó de su momento.
—No, sólo no he descansado bien- le regaló una pequeña sonrisa.
—Iré a la dichosa fiesta -Helena soltó una pequeña risa —quiero que vayas al taller y te quedes ahí, siento que estarás más segura en aquel lugar. Pero si no quieres no hay problema.
—Si me permite, podría terminar el collar-el asintió.
—Entonces ve, cualquier cosa puedes mandar a buscarme- ella asintió y también lo vio partir.
La rubia estaba perdida en aquel collar que Hefesto le había enseñado a hacer que no se percató que una voz llamaba a la puerta, dudosa dejo de lado el collar y se encamino a abrirla. Su sorpresa fue visible al ver al dios del Inframundo frente a ella. Se reverencio y tembló al sentir el frio entrar al lugar.
—¿Dónde está Hefesto?- su voz la hizo temblar y ella alzo la cabeza.
—Fue a la fiesta que Hera preparo- el asintió.
—Dile que he venido por aquel asunto- ella asintió agachando la mirada —¿Qué haces aquí? ¿Quién eres?
—Soy Helena, protegida de Afrodita, Hefesto me ordenó quedarme aquí en lo que regresaba.- el asintió extrañado y una tercera voz se escucho a lo lejos, pido divisar que la joven temblo al reconocer quién era y como poco a poco se encogia en el lugar.
—Hela, querida- la voz de Zeus llegó a ambos, Hades pudo notar como los ojos de la rubia se cristalizaban y su labio comenzaba a temblar.—cariño, no te esondas- Hades la empujó hacia el taller y cerró la puerta con cuidado.
—No te muevas, ve a esconderse al baño- ella asintió y corrió hacia el baño, la puerta principal se abrió y los ojos de Hades se encontraron con los de Zeus.
—¿Qué haces aquí?
—Buscaba a Hefesto- contestó Hades con voz fría —¿Tu que haces aquí?
—Busco a mi querida Ninfa- rodó los ojos—le encanta jugar a las escondidas, pero cuándo la encuentro le encanta jugar con otra cosa.
—Suficiente, no quiero escuchar tus asquerosidades- el dios del Inframundo rodó los ojos y se encaminó hacia la puerta.
—Bien que haces eso con Persefone- soltó burlón —¡lo olvidaba! Ella te engaña con otro, cornudo.
—Cállate- se giró a el— te detesto tanto- desapareció de ahí antes de que ambos comenzarán a pelear
—Ahora si, Helena, más vale que salgas ahora o de lo contrario no tendré piedad- gruño el dios comenzando a revisar cada puerta.
Helena temblo en su lugar y mordió su labio para evitar un sollozo, con cada ruido que hacia Zeus,la rubia temblaba en su lugar, su cuerpo era un manojo de nervios y no lo pudo evitar.
Zeus tomo del cabello a Helena y de un golpe la hizo desmayar para desaparecer con ella.
Ya salió el amor de mi vida xd.
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La Diosa De La Maldición ©
FanfictionSerás la diosa de la mala suerte y te irá mal en todo lo que desees. #1 en Olympus. #1 en Olimpo #1 en Hades #1 diosesdelolimpo #1 en dioses #1 en inframundo Hermosa portada por a @aphorie Prohibido todo tipo de copias y/o adaptaciones sin mi permi...