Capítulo 9

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—Hermes avísale a Zeus que deseamos verlo- Afrodita le guiño un ojo, el dios mensajero asintió con rapidez e ingresó al templo para buscar a su señor.  En menos de lo pensado Hermes regresó y los dejo pasar, Afrodita le dijo a Hefestos que no dijera nada, que ella iba a arreglar todo.

—¿Y ese milagro  que ambos vienen a verme?- Zeus sonrió con hipocresía, Afrodita hizo de sus manos puños al verlo.

—¿Dónde tienes a Helena? Danos a la chica ¡ahora!

—Yo no la tengo.

—¡No mientas!- Hefestos rugio molesto — sabemos que has estado acosandola.

—Yo no la tengo-  repitió con una sonrisa.

—Zeus, ¿por que haces esto? Es una niña aún, regresa la- la rubia comenzó a perder la paciencia— es nuestra.

—Ya no lo es más-  les regaló una enorme sonrisa— ayer en la noche se ha casado con Ares, ambos estaban  felices de declarar su amor ante mi- comentó feliz. Hefestos miró sorprendido a Afrodita, la rubia soltó un grito lleno de irá y salió a paso rápido de ahí.

—Maldita niña, traidora- gritó, Hefestos  miró a Zeus antes de seguir a su esposa— ahí tienes a tu niña Santa.

—¿Crees en sus palabras?  Es ¡Zeus! El debe de haber la obligado ¿Quién querría casarse con Ares?

—Yo - lo miró lleno de odio— si tan solo no me hubieran casado contigo, ahora esa maldita mocosa me las pagará - le señaló con odio y avanzó hasta su templo dejando a Hefestos con un sabor amargo en su boca.













—Yo - lo miró lleno de odio— si tan solo no me hubieran casado contigo, ahora esa maldita mocosa me las pagará - le señaló con odio y avanzó hasta su templo dejando a Hefestos con un sabor amargo en su boca

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Al siguiente día Helena despertó por unas leves caricias en sus pechos, asustada lanzó un manotazo al aire

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Al siguiente día Helena despertó por unas leves caricias en sus pechos, asustada lanzó un manotazo al aire.

—Aún dormida eres agresiva - murmuró Ares, beso su cuello y se levantó dejando a la vista su desnudez, Helena gruño molesta.

—¿Por que me tocas? ¡no tienes derecho a hacerlo!

—Bueno, nos casaremos algún día, así que si tengo derecho.

—Bruto, no me casare contigo.

—Ya veremos-la tomo  de los brazos y la beso  con ferocidad,  Helena sollozo al sentir sus labios lastimados y se alejo una vez Ares la soltó. —Te  espero abajo.

Helena se hizo un ovillo en la cama y cerró sus ojos con  fuerza, a ese paso no iba a durar mucho hasta que Ares volviera a tocarla.

Le daban náuseas el sólo pensar que el iba a tocarla de nuevo.

Su cuerpo se negaba a querer una caricia suya.


—Te tardaste-  dijo alzando la vista, Helena rodó los ojos y se sentó a su lado a esperar a que sirvieran el desayuno—Helena -saboreo su nombre, la rubia cerró los ojos al verlo acercarse a su rostro —No cumpliré mi palabra, te deseo tanto.

—Pero dijiste que no me ibas a tocar aun- susurró reteniendo las lágrimas.

—Cariño, es mejor que cierres la boca y hagas caso, será peor para ti si te niegas.

—¿Por que haces esto?

—Eso no es asunto tuyo - unos gritos llegaron hasta sus oídos, Ares rio al saber quién era la causante de tal alboroto— Vete ahora mismo.

—No hemos terminado de hablar.

—¿Quieres que Afrodita te golpee frente a todos?-Helena abrió la boca y la cerró se inmediato para luego salir a paso rápido.

—¡Ares! -el grito de la diosa de la belleza se escuchó por todo el palacio, el dios río con sinismo cuando la vio entrar hecha una furia— ¿Dónde está la ingrata?

—Primero que nada, no le hables así, ahora es mi esposa, y dos no se te ha dado el permiso de entrar así a mi hogar -se cruzó de brazos haciendo que Afrodita bufara.

—¡¿Dónde esta?! No tenías ningún derecho de ir y robartela- se acercó de forma amenazante.

—No me la robe, ella acepto ser mi esposa, es mejor en la cama que tu -el eco de la cachetada que le dio la diosa resono por todo el lugar, Ares sonrió grandemente y la tomo de los brazos.

—Eres el peor.

—Lo soy -beso su cuello y sonrió al ver  como su piel se erizaba — pero ya no soy tuyo, ahora vete y no regreses- la soltó y miró como el rostro de Afrodita se ponía rojo de la rabia.

—Dile a esa mocosa malagradecida que me vengare de ella y sufrirá mucho -salió moviendo sus caderas con exagerados movimientos, Ares rio en su  lugar y se levantó para ir a buscar a su "esposa".








La Diosa De La Maldición © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora