Epílogo

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Boda en el inframundo.

Helena miro su reflejo en el espejo por décima vez, Ya'tkeim, Anne, Artemisa y Leto le decían que se veía perfecta

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Helena miro su reflejo en el espejo por décima vez, Ya'tkeim, Anne, Artemisa y Leto le decían que se veía perfecta.

El hermoso vestido dorado hacia que su piel se viera perfecta, el tocado y el maquillaje habían quedado justos para realizar su belleza.

En su camino al altar no pudo evitar soltar lágrimas, Hades se veía perfecto.

Era el hombre perfecto para diosa de la maldición.

Todo lo sucedido antes no era nada comparado con ese momento.

El momento en el que Hades y Helena se convertían en uno solo.

Tiempo atrás.

Helena despertó aturdida, un dolor inmenso la recorrió de pies a cabeza, una voz la hizo regresar en si, Hades estaba enfrente de ella y tocaba sus manos con tranquilidad.

—Despertaste querida - Helena sonrió al verlo ahí y pronto sus lágrimas llenaron sus ojos —no llores mi amor.

—¿Cómo no llorar? Ahora te tengo de nuevo -Helena se lanzó a los brazos de Hades y este la envolvió con amor.

Días después Helena pudo salir de cama, el juicio contra Zeus se llevó acabo al siguiente día de que ella despertara y como tal Zeus seria confinado al tártaro, en donde un castigo le esperaba por la eternidad.

En el caso de Ares su alma fue juzgada, fue enviado al limbo en donde no saldría nunca, un sin fin de tormentos le esperarían al dios.

Hera y Afrodita se disculparon con Helena en cuanto salió de su confinamiento.

—Están perdonadas -menciono con una corta sonrisa.

Hefesto apareció de entre la oscuridad, Helena se lanzó a sus brazos y lloro tal cual niña pequeña.

Ambos se habían extrañado y ahora no se separaría para nada.

—Mi pequeña Helena -Hefesto beso su frente con amor, Hades los observó por lo lejos y sonrió feliz.




En cuanto al olimpo, Hestia dejo todo acargo de Apolo, mientras no siguiera los pasos de su padre, el haría un buen trabajo, ni Atenea ni Artemisa se negaron.

Pero del Icor derramado por el titan y y Dios una nueva diosa nacía, pocos sabían puesto que fue confinada en un hermoso páramo en donde vivirá su vida tranquila.

La Diosa De La Maldición © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora