cap 2

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Otra semana había pasado, una semana torturosa para Richie, trabajando y volviendo a casa, todo era tan aburrido, tan patético, tan… tan solo.

Esto comenzaba a no gustarle, comenzaba a sentirse mal por las noches, la soledad no le estaba viniendo bien. Su único escape era el trabajo, pero ni siquiera eso iba a hacer hoy, de nuevo era el día de descanso y se sentía malditamente amargado, ni siquiera la música podía cubrir lo aburrido que estaba.

Así que decidió salir, a perderse si es posible, el solo quería distraerse, y eso iba a hacer.
Tomó dinero que tenía guardado, se vistió bien y solamente salió a perderse por las calles de Derry, literalmente.
Caminó sin rumbo, teniendo esperanza de que al menos llegaría con vida a casa de vuelta. En fin, siguió su paso con la mente ocupada. Pensaban mucho últimamente y eso lo mataba, se sentía muy mal psicológicamente durante estos últimos días, pero no todo podía ser malo ¿No?

El estar solo era bueno, eso quería creer, y por más que quería tener su mente positiva, llegaban pensamientos malos al igual que recuerdos peores.
Pero debía sacarse eso de la cabeza, por eso mismo es que salió de casa, para ventilarse y dejar de estar encerrado.

¡Que sorpresa! Aunque debería dejar de pensar de esa forma ya que ahora no sería tan raro verlos. Se encontraban caminando de nuevo el grupo de amigos caminando en el sentido contrario.

¿Ahora que pasaría? ¿Solo miradas? No lo sabía, pero debía seguir con su paso. ¿A dónde iba? Tampoco recordaba eso, pero debía concentrase en caminar y evadir cualquier contacto.

—¡Richie!— saludó Beverly casi gritando sin pena alguna. Era obvio que el chico era atractivo, pero a la pelirroja no le gustaba, ella solo lo saludó, quería saber que había sido de el después de tantos años.

El rizado azabache miró al grupo de amigos, cada vez más cerca, y alzó las cejas sonriendo un poco como saludo. Se sentía levemente incómodo.

Cuando al fin estaban frente a frente, el chico se dignó a hablar —Hey, Beverly, ¿Que tal?— la chica se acercó a el y lo saludó con un beso en la mejilla, nada personal, solo quería ser amigable.

—Muy bien— miró a sus amigos —Chicos, les presento a Richie. Richie, te presento a Bill, Stanley, Mike, Eddie y Ben, mi novio— sonrió. Esa chica seguía sin tener pena al hablar

—Oh, tienes novio— rió —bueno, un gusto conocerlos, chicos— miró a Eddie, aún recordaba como cuando eran pequeños a  el pequeño no e gustaba que lo mirara tanto, lo hacía ponerse rojo y morir de vergüenza. Pero Richie le decía que no había nada de malo en hacerlo, el decía que tenía una linda cara, por eso es que siempre lo miraba.

Así que decidió apartar la vista de el, evadirla para no hacerlo sentir incómodo.

—Hey, que tal— saludaron todos con un notorio agrado

—¿Vives por donde está mi casa, cierto?— preguntó Stanley. Richie asintió tímidamente —Claro, eres nuevo. Deberías juntarte con nosotros— propuso amablemente

—Que buena idea— sonrió Beverly. Definitivamente esto estaba siendo todo una broma, eso pensaba Eddie. No todo podía ocurrir así. No esperaba encontrarse con Richie nuevamente. No de esa manera, siempre imaginaba… cosas peores, no algo tan bueno como esto

—Si, claro… cuando quieran— se encogió de hombros tratando de restarle importancia

—Bueno, estábamos ap-p-unto de ir de compras— se encogió de hombros igualmente

—Pues hay que ir— sonrió ampliamente

...

Había pasado al menos una hora y seguían comprando cada vez más ropa en un centro comercial que habían abierto hace apenas un par de meses. Habían momentos de incomodidad, pero Richie sabía cómo mantener todo en un buen momento gracioso.

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