El polvo de hadas

Despertares

Las semanas pasaban si muchos cambios, el pequeño Aidan Zabini había tenido otro brote de fiebre que los obligo a replantearse parte del tratamiento, mediante hechizos de diagnósticos descubrieron que una bacteria intra hospitalaria había entrado a través de una de las pústulas, así que en el laboratorio, Catalina trabajó en una variante de la pomada que estaban usando en todos los bebés, la hicieron con un antibiótico mas fuerte, para que ayudara a mantener la piel libre de nuevas infecciones, los niños estaban bajos de defensas y cualquier cosa podría agravar su estado, también trabajó en una pomada con vitaminas A para la piel sensible de la zona pélvica de los niños, que estaban en contacto con los pañales, para evitarles molestias innecesarias . A la tercer semana de haber llegado Catalina a Londres, cuatro nuevos casos entraron al hospital, ya el personal estaba vacunado en su totalidad y el trabajo constante de los pocionistas había logrado que estuvieran bien abastecidos de vacunas preventivas y pociones de base, así que el trabajo con los nuevos pacientes fue más fluido y tranquilo.-

-Buenos días- dijo Catalina una mañana al entrar a la habitación de Pandora, la niña había despertado el día anterior y como vaticinaron, estaba muerta de hambre- Pero que tenemos aquí- dijo la mujer mirando a la pequeña pelirroja sentada en las piernas de su padre vestida con un hermoso conjunto blanco y rosa – a la niña mas bonita de este piso- Ron se puso de pie y la pequeña Pandora le extendió los brazos a Catalina, ella la cargó- ¿Sabes a que vine?- preguntó a la bebé con un susurro- Vine a sacarte las vías- informó y la bebé sonrió como si supiera exactamente lo que la medimaga le decía- Ya no las necesitas, pequeña luchadora- Catalina sonrió y tomó con cuidado el porta sueros para acercarlo a la cuna en la que apoyó a la bebé y procedió a quitar la molesta pero necesaria aguja del pequeño brazo- la enfermera me dijo que no tuvo vómitos después de tomar la leche anoche.-

-No- admitió Ron mirando a su ex cuñada – pero parece no tener suficiente con eso.-

-Es natural- dijo ella quitándole importancia a lo dicho- ella estaba acostumbrada a los sólidos, es solo que al estar tanto tiempo sin comer, es necesario empezar de a poco- Catalina corrió la ropa de la niña para verificar que las pústulas hubieran desaparecido del todo – autorice para ella una dieta blanda, así que hoy comeremos algo un poco más sustancioso- sentó a la niña en la cama y ella aplaudió con gusto, Catalina la miró encantada antes de sacar un pequeño frasco del bolsillo de su ambo y dárselo a Ron- úselo en cada cambio de pañal para evitar molestias innecesarias, la piel todavía esta cicatrizando.

-Gracias, Catalina- dijo él y en un arrebato la abrazó.-

-De nada, Ron- respondió ella aceptando el abrazo y acariciando la espalda del muchacho- Ahora voy a ver a los otros niños- dijo ella separando su cuerpo del de él- si nos va bien con la comida, es probable que en uno o dos días ya pueda darle el alta.- ella volteó a mirar a la niña antes de salir de la habitación y dirigirse a la de Scorpius, dentro también encontró a un padre solo con el niño.

-Buenos días- dijo al entrar y Draco la miró con una sonrisa, ella se acercó al niño y tal como la niña de la habitación anterior, el bebé le tendió los brazos.-

-Este caballerito fue el primero en despertar y veo que recupera sus fuerzas con rapidez.-

-Gracias a ti- dijo Draco prestando atención a la interacción entre su hijo y la medimaga, el bebé miraba a la rubia con adoración mientras extendía sus manitas para acariciar su mejilla - Parece que te has ganado un admirador muy ferviente.-

-Se ha demostrado que los pacientes en coma, en este caso, inducidos por el virus del polvo de hadas, pueden escuchar con claridad la interacción que hay a su alrededor, por eso les pedía que no dejaran de hablarles y yo misma lo hacía cada vez que los visitaba, ellos de alguna manera sienten que me conocen, porque me han escuchado por estas tres semanas.- todo esto lo explicó mirando a Scorpius a los ojos y haciendo gestos graciosos, el pequeño niño estaba seguro de que la medimaga hablaba con él.-