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-¿Me dejarías llevarme a Damira conmigo a la Mansión?- preguntó Catalina mientas se vestía casi dos horas después, Charlie se preparaba para darse una vuelta por el refugio, detuvo sus movimientos y se giró a verla- Hace calor hoy y le gustará la piscina infantil. La cuidaré, lo prometo.-

-Se que lo harás, amor- repuso él yendo a su encuentro para subirle el cierre del mono azul- no tengo ninguna objeción para que la tengas contigo, es tu hija también, es solo que me sorprendiste.-

-¿Por qué?- preguntó ella abrazándola por la cintura.-

-Aceptaste a Damira desde un principio- respondió él abrazándola- y ella te reconoció como madre desde que despertó, pude notar el vínculo que formaron y la verdad es algo que todavía me emociona.-

-Bueno, supongo que estábamos destinadas- repuso ella poniéndose de puntillas- esa niña es adorable.-

-En eso también se parece a ti- repuso él inclinándose para besarla- Ven- dijo él tomándola de la mano para llevarla hasta la sala, donde había quedado olvidada la bolsa de la joyería, él tomó la cajita y la abrió- Yo no creo en las casualidades, Catalina, no creo que nuestra unión se haya dado sin querer. Naciste en Colombia, yo en Londres, nos encontramos en Rumania, eso es destino y creo que también fue el destino el que hizo que terminemos unidos para toda nuestras vidas- Charlie tomó el anillo de diamantes y levantó la mano izquierda de ella- no te hice promesas ese día, así que te las hago ahora- el hombre deslizó el anillo por el dedo de la mujer – prometo ser el hombre que necesitas, dejar de lado mis celos para acompañarte en la vida que empezamos hoy, prometo ser tu amante, tu amigo, el hombro en el que te apoyes- él tomó el otro anillo y lo acomodó junto al otro- esta es una alianza, una alianza entre Charlie y Catalina, para toda la vida- ella lo miró con lágrimas en los ojos, con suavidad tomó el anillo de él y lo acomodó en la punta del dedo anular de la mano izquierda.-

-Cuando me casé contigo, supe que lo hacía solo por una formalidad, no necesitaba un documento que me dijera que era tuya, me sentí tuya desde la primera vez que te vi- ella deslizó el anillo por el dedo de él- acepto la alianza ahora, como la acepte la primera vez que me miraste a los ojos-Charlie sonrío antes de tomarla entre sus brazos y girar con ella.-

-No vas a arrepentirte, amor- prometió él antes de besarla, ella se relajó, se sentía en casa entre los brazos de ese hombre.-

El polvo de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora