Parecía que todo el universo conspiraba, uniéndose para hacer sentir mas miserable a Naruto. Quería saber, no, en realidad él necesitaba saber que chingados hizo mal con su morrito. Su Saski no contestaba sus llamadas, y de vez en cuando le marcaba el visto en su wassap. Había corrido como un tonto al hospital después de que se enfermó, solo para ser sacado e insultado por el hermano mayor de su morrito. Las únicas noticias que tenía de él y su salud, era cuando Sakura-Chan y Konohamaru venían a comer a su sucia y pobre taquería, recordó con dolor las palabras del Uchiha. Ellos le decían todo lo que preguntara, si sus miradas demostraban lastima Naruto solo las ignoraba. —Sabes, deberías dejar tu obsesión por Sasuke-Kun, Naruto. No es sano, solo te estas lastimando. —Escuchó con atención a la pelirosa, miró a sus bonitos ojos verdes sin verlos realmente. Sakura pensó en lo único que su amigo podría querer mas antes de conocer a su actual jefe, y decidida a sacarlo de su mal de amores le dijo:
Tu y yo deberíamos tener un cita, Naruto-kun, ¿qué dices?
—Su sonrisa era bonita, pero el rubio solo frunció el seño al no sentir nada como en el pasado cuando Sakura-Chan le hablaba. En esta ocasión su hermosura no le robaba el aliento. Tal vez empezaba a creer que era un rubio cabeza hueca, porque solo atinaba a pensar en un moreno de cabello oscuro y ojos como la noche, con un carácter de los mil demonios.
Suspiró y negó con su cabeza, sonriéndole después a su amiga de la infancia. —Recuerdo tus palabras, Sakura-Chan. Estas demasiado comprometida con tus estudios de medicina, que incluso tomaste este trabajo que no te gusta por un favor a mí y para sacar para los gastos de tu carrera. Arrastramos a Konohamaru a lo mismo solo por un favor. Ah, y como olvidar que tus gustos son otras mujeres. Estaré bien, De'veras. —Sonrió con mas alegría de la que sentía levantó su pulgar con mas seguridad de la que poseía.
Les entregó un tupper con un caldo de pollo para el causante de su mal de amores, sacándoles un suspiro de resignación a sus amigos, que sin quejarse lo hicieron. Cuando ellos se fueron, él se encerró en el baño, limpiando su cara con agua, evitando derramar lagrimas de pena, miró su reflejo en el espejo pañoso. Recordó lo pulcra oficina de Sasuke Uchiha, la magnitud del edificio y sus increíbles conocimientos. Nunca se había sentido humillado y avergonzado de sus orígenes, ni de su forma de vestir. Pero ahora, era consciente que aceptar este negocio, era su muerte social. Su morrito era malditamente inteligente que seguramente se había dado cuenta que Naruto Uzumaki no le convenía para nada. Sin embargo, quizás Naruto Namikaze podía convencerlo de que podía tener las dos mejores cosas del mundo en uno mismo. Sonrió a su reflejo, esperando que los cambios fueran lo suyo y no fallando una vez mas. Se lo debía a su viejo Jiraiya.
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❝El taquero❞ ❁NaruSasu✿
HumorEstos son pequeños cortos sobre la historia de amor que se dio en una "taquería". Naruto es dueño del puesto de tacos en frente del edificio de Sasuke. El wey es bien rancherote y pelado... sólo con su morenito. Son de clases totalmente diferentes...