#Fifirisnais

152 26 5
                                    

Fachero, facherito para los que no saben inglés.  

Naruto había respirado con tranquilidad esa mañana al encontrar a su adorado morrito durmiendo en su cama. No entendía bien como aun en esa situación lograba verse como un ángel, de la muerte a decir verdad, sabía que la resaca que sufriría él la resentiría, si bueno y sano era muy malhumorado, cuando se enfermaba era peor, esta vez por la cruda sería el triple. Bandera de México, que estas en los cielos, santificado sea tu nombre, símbolo de la unidad y la justicia... su ansiosa oración se vió interrumpida por un suave quejido proveniente del otro cuerpo en la habitación, que se removía perezosamente entre sus delgadas cobijas que tenían el estampado de un astuto zorro. Tragó con dificultad cuando tuvo un vistazo al pequeño culo cubierto por un fino bóxer negro como el alma de su Sasuke. De todas las formas que pensó en como terminaría la pasada noche, nunca pensó que sería así. Había imaginado que el Uchiha no vendría, en el peor de los casos tendrían una incomoda platica y el rubio terminaría ebrio con alguno de sus amigos, en su casa o en la que fuera, amanecido o todo vomitado y meado.  Aun recordaba la ultima que tuvo antes de su mega transformación.

Su noche de karaoke le había traído problemas a su besto friend Shikamaru con su esposa, pero no les había impedido idear su maquiavélico plan. El cual había dado marcha poco después de que su morrito hubiese terminado con todo el trabajo pendiente, Sakura siendo parte de este, le había llevado la invitación. Los chicos habían pensado que ocuparían raptar a Sasuke e incluso habían rentado una van, pero nada de eso había pasado. Recordaba con claridad sus alaridos de cantante y le daba tanta vergüenza en ese momento. Era sorprendente saber lo mucho que el Uchiha lo quería. Eso le hacía sentir una calidez bonita en su pecho. Sabía lo muy estresado que estuvo por su trabajo acumulado y la presión que recibía por su familia, entendía porque su desquite. ¿No le dolía? ¡Por supuesto! Sabía que siendo quien era, a vista del publico, no estaría a la altura de tal conglomerado como para desposar a uno de los hijos de Uchiha Fugaku. 

En todo el pasado mes se había encargado de la empresa familiar, aprendiendo de Minato, solo había necesitado ajustarse, después de todo en esos años Naruto estuvo administrando los negocios de su abuelo. El hombre había pagado la universidad de su padre gracias a estas inversiones, y como su nieto, había sentido que era su responsabilidad sacarlos adelante después de su muerte. Los lujos nunca se habían sentido correctos para el rubio, recordaba la libertad que sintió cuando con el viejo Jiraiya recorrió el bajo mundo y lo había entendido, eso no era todo en la vida. Sin embargo, agradecía por todo lo que tuvo, porque gracias a ello tendría lo mejor de todo; su futuro esposo.  

—¿Naruto? —El murmullo lo sacó de sus cavilaciones, y observó con interés renovado a su morrito. Él había visto todo lo que se comería en la noche, cuando llegaron a su departamento le había dado un baño para quitar sus accidentes, que eran demasiado olorosos para dormir con ellos. El mayor se despertó asustado, rememorando las vergonzosa noche solo atinaba a odiarse un poquito más. Probablemente la había regado de nuevo. Estaba en un pedo mayor cuando no reconocía el lugar. Naruto no lo habría llevado a su casa en dadas circunstancias, así que, si no estaban en la vecindad, porque el lugar era muy bonito y tenía lujos que su taquero no podría tener en dicho lugar ya que era probable que se los robaran, ellos debían estar en un hotel. Y, ay no, ¿Qué había pasado?

—¿Cómo te sientes, Sasuke? —Y, la estrategia había cambiado por los bruscos cambios de la pasada noche. Naruto era un zorro astuto, un poco idiota cuando le convenía, pero para sus negocios era brutal, por ello con su mejor rostro estoico, aquel que había practicado y al cual habían llegado a la conclusión que era ese que ponía cuando le daba un retorcijón en la tripa, con sus piernas cruzadas, siendo cubiertas con un fino traje negro, le respondió, y le ofreció la vista. La cara del Uchiha no era asombro, era estupefacción. Él solo estaba teniendo un mal sueño, se dijo, aunque reconocía que el rubio estaba muy bien en su traje, nunca tuvo ese Kinky, a él solía gustarle con su ropa ordinaria, con aquellos pantalones que se le ajustaban muy bien y esas camisas que le marcaban su buen trabajado cuerpo. Mh, tengo hambre. 

—Podría estar mejor. —Su voz salió en un quejido, le dolía la garganta y la tenía seca. Recordaba sus gritos y todas las locuras que había hecho, solo lo abochornaba más. Había hecho el ridículo y ahora solo estaba pensando a medias, necesitaba su primera taza de café del día y algo muy picoso porque tenía una santa resaca que recordaría aun en su vejez. —Toma esto, ayudará con tu cabeza, y bebe esto, asentará tu estomago. —La voz del rubio salía tan oscura que lo hacía vibrar, nunca lo escuchó de aquella forma antes, hasta la pasada noche. Bebió las aspirinas y el sal de uvas sin rechistar, agradeció con suavidad después, quería hablar con el hombre, disculparse y arreglar las cosas, pero era un poco difícil hacerlo cuando el hombre lucía como un Dios Griego con su traje negro y él solo estaba ahí, semi desnudo, avergonzado por su escandalo de la noche y muy crudo para pensar debidamente. Un pánico creciente se instaló en su pecho cuando lo vio ponerse de pie, abrochándose el saco, caminó hacia una puerta, pero no parecía la salida, cuando lo abrió, a punto de gritar un "espera", volvió a hablar —este es el closet, puedes tomar lo que necesites antes de irte —. 

Solo así lo estaba despachando, y eso solo lo armo de valor. Era un Uchiha, no se dejaba amedrentar. —¿Podemos hablar, tal vez después, a la hora de comida? —Se escuchó tan ansioso y desesperado, que casi se odiaba por ello, hasta que vio al rubio temblar, al parecer seguía siendo su punto débil. —Si tengo tiempo, te enviaré un mensaje, aún no he revisado mi agenda de este día. Nos vemos, Sasuke. —Dijo con una sensación extraña, cerrando la puerta de la habitación, saliendo a toda prisa del departamento, recargándose en la pared del elevador, tomando aire, le había costado mucho no haber saltado en cima de aquel hombre para besarlo, deseaba cuidarle su resaca y vigilar que no se saltase el almuerzo, pero aún no era momento. Era momento de dejarlo resentir su ausencia. 

ᴜʟᴛɪᴍᴏꜱ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏꜱ.

❝El taquero❞ ❁NaruSasu✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora