Un comportamiento extraño

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En cuanto llegamos al instituto, un poco más tranquilas, entramos directamente a clase. Fué extraño ver que Claudia había faltado y que Nuria ya no estaba alegre y Carla, no sonreía. No me dijeron nada en todo el día, tal vez por ir con la "chica nueva rara", pero su comportamiento no era normal. Así, que decidí ir a hablar con ellas en la hora de recreo y, obviamente, Selene, vino conmigo.

-Hola.-les dije sonriendo.

-Hola.-dijeron tristemente a unisono.

-¿Pasa algo?-dije un poco intrigada. Ellas se miraron, parecía que se comunicasen con la mirada.

-No, tranquila.-dijo Carla esbozando una sonrisa muy falsa.

-Todo está bien jejejje.-añadió Nuria. Se notaba que me ocultaban algo, pero aún no sabía qué. En ese momento, se percataron de la presencia de Selene.

-Hola, soy Nuria, encantada de conocerte.-se presentó.

-Hola.-Respondió mi protectora, cuya respuesta nos impresionó a las tres.-Encantada.-contestó.

-Y yo soy Carla.-dijo rápidamente para ver si respondía.

-Encantada, Carla.-respondió, claramente no dijo su nombre, ya que se suponía que solo debía saberlo yo.

Cuando acabaron las clases, Selene y yo, fuimos a mi casa.

-Ya he llegado.-grité al abrir la puerta. En ese instante mi madre bajó la escalera y se quedó mirando a Selene.

-Oh, Hola.-saludó mi madre un poco extrañada.

-Hola.-saludó Selene.-Soy una amiga de su hija, espero que no haya ningún inconveniente para poder quedarme a vivir aquí.-dijo mi guardiana, con un tono como si estuviese echizando a mi madre. En ese momento a mi madre le brillaron los ojos.

-No hay ningún problema.-dijo mi madre muy alegremente. Yo me quedé petrificada y miré a Selene con cara de asombro, ella se percató de que la miraba, se giró y me sonrió. Aún no comprendía que había pasado pero no me importaba, ya que mi protectora iba a estar conmigo las 24 horas del día, así que ya no tenía de que preocuparme.


El Ángel CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora