Vigésimo Primero Capítulo

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A D R I E N

Irreal. Demasiado irreal e incluso podría afirmar que utópico.

En mi mundo perfecto, yo conocía a Debby y le confesaba mis sentimientos, sin tener que vivir con ellos escondidos por más de diez años. Ella aceptaría la idea e incluso me diría que también siente lo mismo. Nos besaríamos bajo la luz de la luna y yo sería el ser humano más feliz de todo el jodido mundo.

Llámenme como quieran, maldito egoísta o ignorante, pero mientras la tuviera a ella en mi vida, mi mundo perfecto giraría en torno a su existencia. Porque por mucho que la economía sea una mierda, los políticos sean corruptos y la muerte sea el pan de cada día, ella no dejaría de ser mi prioridad.

Así que, no puedo evitar pensar que estoy en una especie de larga ensoñación. Se siente cómo que despertaré en unos segundos, porque esperé que el destino me diera la espalda y ser siempre el asqueroso esclavo de mis circunstancias. Por lo tanto, no puedo evitar sentirme inseguro de mi realidad ahora que se me concedió algo que siempre deseé.

—¿Adrien?

Su apacible voz me despierta del torrente de pensamientos, ella se encuentra en el marco de la puerta esperando que entre a su habitación.

Lo hago, dejando de premeditar mis acciones. Cierro la puerta detrás de mí y ella se siente en el borde de la cama con su cara hundida en sus manos.

La cena con el entrenador no salió bien, para ninguno. El entrenador llegó con su hija, Skylar. Debby ante algunas palabras de nuestro entrenador salió del restaurante con pasos agigantados.

Ella aún no ha podido digerir las mentiras de Megan, las suyas y escuchar como sugieren decir más, la llevó al límite. La seguí hasta el ascensor donde solo dejo caer su cabeza en el espacio entre mi hombro y cuello, no dije nada, ella tampoco.

Sin embargo, es la habitación ahora que pide una conversación. Debby con sus ojos tapados y piernas que no paran de moverse ansiosamente también está pidiendo una conversación, una donde de verdad saque a luz lo que le está disgustando de esta situación.

Que estoy seguro que va más allá de una sola cosa.

—Habla Rojita, di lo que estás callando.

Ella parece premeditar sus palabras, por lo que me dejo caer en cuclillas al frente de ella y apoyando una de mis manos en su pierna, tomo su barbilla para que sus ojos cafés y lo que esconden me observen.

—¿Crees que siempre será así?

—¿De qué hablas, Roja?

—¿Crees que la mentira que dije me perseguirá para siempre? Por mucho que tú estés seguro que no es así, el destino se encarga de desmentirte Adrien, cada vez que conozco a alguien nuevo la relación empieza agriarse por secretos o mentiras.

Dejo que mi mano en su barbilla se deslice hacia sus mejillas acunando su cara, mis pulgares borran los rastros de lágrimas que deja caer.

—Puede que tengas razón, pero no por las razones que tú crees— aclaro de inmediato apreciando el reflejo de mis ojos en los suyos antes de continuar—, las relaciones humanas son complicadas. Enredadas, un misterio que ni el mejor detective ha podido resolver. Pero lo que si podemos concluir es que los términos de estas siempre suelen estar relacionadas con lo mismo, con una mentira, con un secreto. Con sentimientos o palabras no dichas. Lo no dicho es lo que condena todas las relaciones, Roja. No solo las tuyas se complican por eso.

Ella apoya su frente en la mía, mostrando lo difícil que es para ella ahondar en estos temas.

—Si tus observaciones son correctas, ¿Cómo explicas que ustedes sigan siendo amigos Megan? — niega saboreando sus saladas lágrimas-—¿Cómo explicas que Michael se hiciera novio de Megan en medio de todo este caos?

¡¿ELLA ES MI AMIGA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora