Prólogo

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"Él la ama y pretende seguir amándola hasta que su corazón deje de latir"

La Etapa de los Mocos

—Oye niña ¿Por qué tu cabello es taaaaan naranja? —el niño pelinegro pregunta curioso y confundido.

—Yo digo que es hija de payasos-opina el amigo del castaño. El pequeño Adrien admira a la chica asombrado por su cabello.

-No soy hija de payasos—Debby, la pequeña pelirroja le contesta molesta. -- con vergüenza por no saberlo le pide ayuda su madre quien se agacha quedando a su altura para susurrarle la respuesta en el oído- melamina.

Al pelinegro se le escapa una sonrisa fascinada con el tono dulce en la voz de la no-hija de payasos. Adrien no entiende porque la niña lo hace sonreír.

—Melanina, hija, melanina— la mamá no payasa les explica por qué la niña que lo hace sonreír tiene un asombroso pelo de color naranja.

La Etapa donde los Niños y las Niñas no son Amigos

—¿Por qué no podemos ser amigos? — la pelirroja se cruza de brazos tomando el asunto con una seriedad impactante para una niña de esa edad.

—Todos se burlan de nosotros—confiesa Adrien algo introvertido por el tono de su amiga.

—¿Y qué? Yo los puedo defender.

El pelinegro no sabía cómo argumentar eso. Ella tenía razón y él nunca fue bueno para debatir.

—Nosotros somos los únicos que tienen una amiga que es niña—señala el problema común entre los chicos del equipo RG debido a su amiga del género femenino.

—Yo soy la única niña con amigos niños—señala con el mismo tono. —Oye Adrien, si fueras un niño valiente no sería tan difícil ser amigos—sentencia la niña sabiendo exactamente lo que esa frase provocará en su introvertido amigo.

—¡Yo soy valiente!

—Demuéstralo—lo retó con astucia la pelirroja.

El chico agarró su delicada y pálida mano con fuerza en medio del salón de clase donde ignorando las burlas la sostuvo todo ese día. La sensación de su palma llena de sudor por los nervios junto a las palmas suaves de la pelirroja fue maravillosa. Mágica.

El sentimiento mágico encontraría un nombre y definición al crecer con Adrien. El vacío melancólico que sintió cuándo sus manos se separaron evolucionaría en el miedo de que alguien más fuera valiente como él aquella vez y le sostuviera la mano a su pelirroja favorita.

La Etapa de las hormonas

Calor. Ardor pasional. Excitación.

Ella se acerca. Puedo sentir todo mi cuerpo encendiéndose en llamas. Llamas que crean un cosquilleo en mi cuerpo que disfruto. Mi cuerpo empieza a tener miles de reacciones. Su cercanía provoca chispas en mi vientre. Puedo sentir esas chispas siendo acorraladas en mi parte baja.

Acércate, bésame. Por favor. Solo tú controlas esta sensación.

Yo sigo las instrucciones de mi cuerpo que pide más contacto. Por eso sin pensarlo demasiado decido inclinarme hacia ella, para besarla. Ella acepta mi beso, siguiéndome el ritmo. Yo decido darle más profundidad al beso. Puedo sentir un estallido, las chispas de emociones son liberadas.

Un pitido agudo me despierta.

Fue un sueño. Soy un idiota. Acabo de tener un sueño húmedo sobre mi mejor amiga.

Avergonzado paso todo el día en cama. Finjo que tengo fiebre y con mi madre quien encerrada en su despacho discute con mi padre los términos de su divorcio no es tarea difícil mantener mi mentira.

La Sra. Glenis entra en mi habitación para traerme mi té favorito junto con una gelatina. Veo como entra con la charola y la deja en mi mesita de noche. Sin protestar le permito abrir un poco más mis cortinas. Permitiéndole a mi cueva llena de bochorno un poco de luz natural.

—Adrien, pequeño— ella se sienta en el borde de mi cama—, dime la verdad. No paso todos los días haciéndote deliciosa comida para que tú no me cuentes la verdad de tus cosas.

Tiene razón. Sus comidas siempre son para chuparse los dedos.

— ¿Recuerdas lo que me dijiste sobre los varios tipos de amor?

Ella asiente intrigada.

—Mi fiebre es debido a que no tengo ni la menor idea sobre en qué clasificación encajar lo que siento por Debby.

—¿La linda pelirroja?

—La hermosa pelirroja que está en mi mente todo el tiempo. Eso está mal, Sra. Glenis. Ella rehusándose a salir de mi mente arruina mis sábanas.

La Sra. Glenis se encargó de lavar mis sábanas, no podría mentirle. Anoche bajé a la lavandería encontrándome con ella, sin regañarme o humillarme solo las tomó y me entregó unas nuevas mandándome a mi cuarto.

Hice mi cama con las sabanas limpias y he estado despierto desde entonces escondiéndome.

Al contrario que con mi madre, confío en la Sra. Glenis. En sus cabellitos blancos llenos de sabiduría y en su manera de entender la vida.

—Es normal. A veces nuestros sentimientos son tan confusos que nos da fiebre. Los sentimientos son algo complicados y más a tu edad que parece que no puedes manejarlos. Está bien que te sientas así. Cada vez aprenderás más sobre esas fiebres y aprenderás a entender más tus sentimientos.

Sus palabras reducen el sonrojo de vergüenza en mis mejillas. No soy un mal amigo por soñar con Debby. Solo tengo que aprender a controlar "mis fiebres."

—Gracias.

Ella acerca la charola a la cama y saca una gelatina para ella. Juntos comemos hasta que finalmente puedo sentirme mejor.

Pensar en deshacerme de todos los pensamientos que protagoniza mi amiga pelirroja no suena como una meta posible. Debo aceptar que ese sueño húmedo fue protagonizado por Debby. Aceptar que ella protagoniza la mayoría de mis sueños hasta incluso algunas pesadillas.

Dejar de preguntarme ¿¡ELLA ES MI AMIGA?! Y simplemente aceptar que lo es. 

¡Bienvenida a mi libro criatura lectora!

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¡Bienvenida a mi libro criatura lectora!

Este libro es el 1.5 de la Saga ¡¿?! (Signos)

Pero si tú quieres leer este primero no hay ningún problema ;)

Puedes revisar mi perfil para agregar a tu linda biblioteca mis otros libros. Sin ninguna promoción más que hacer, espero que disfrutes de este libro❤.

Vall💔

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