Cuarto Capítulo

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Martes, 27 de marzo de 2018

A D R I E N

En el transcurro de mi vida me he arrepentido de muchas cosas, según el rumbo que estoy tomando, es muy probable que me arrepienta de otras múltiples cosas. Es una regla más del infinito y desconocido manual de la vida.

Desde arrepentimientos pequeños como: "No debí comerme una pizza familiar entera" cuando empecé a vomitar, a algunos medianos "Debí estudiar anoche, no jugar videojuegos" hasta llegar a los más grandes "Debí quedarme callado aquel día que mis padres pelearon."

Anoche mamá y yo cenamos juntos, dejó que la Sra. Glenis se fuera más temprano. Ella y yo comimos platos de nuestro restaurante favorito, lo único extraño de la cena es la cantidad de fotos que nos tomábamos, pero no le preste atención porque decidí confiar ella. De esa decisión me arrepentí esta mañana cuando no me despertó una alarma, sino que me despertó una llamada de papá.

"—Hola, hijo

—Hola, papá—mi voz revela el hecho de que acabo de despertar.

—Lamento llamarte tan temprano, pero necesito hablar contigo de algo importante—el tono que usó fue el que me hizo despertar por completo."

Papá primero me contó la noticia de que efectivamente Heather está embarazada. Que de verdad quiere verme lo más pronto posible para que lo ayude con todo.

No lo visité la última semana de vacaciones por la decaída de mamá.

Explicó que, por los riesgos de tener un bebe a los cuarenta, esperaron los cuatro meses de embarazo para anunciarlo. Lo felicité, pero sabía que él no me llamó a esa hora para contarme solo eso. Con varias vueltas admitió la razón real de su llamada. Mamá le mandó todas las fotos de anoche a Heather y a mi padre con frases como: "Él es primogénito Cass"; "¿Estás segura que tu hija o hijo será tan bueno como el mío?", "Buenas noche, papi de Adrien", "Aquí cenando en familia, cuando quieras puedes acompañarnos." Las últimas dos solo se la mando a papá.

Primero quiso saber si yo compartía esas opiniones, lo cual, a pesar de mis negaciones, acompañó con un discurso sobre lo mucho que me ama y como un hermano menor solo ampliará aquello. Me dijo que mamá no le contestaba los mensajes ni las llamadas, a tal punto que mamá lo bloqueó. Por lo que por mucho que odie entrometerme, pregunta que si estoy cómodo con él yendo para acá para hablar con mamá.

Por mucho que eso me hubiera ayudado, en mi mente se reproducen los comentarios de mis compañeros: "Al menos tus padres se llevan bien." Para evitar una pelea, le dije que yo hablaría con mamá.

—Está bien, hijo. Si están tan seguro, sabes que estoy solo a una llamada de distancia.

—Si papá. Lo sé.

—Te amo, hijo.

Si papá, lo sé.

—Yo también, tengo que prepararme para la escuela.

—Éxito hijo, adiós.

Así terminó el llamado que desintegró cualquier esperanza que tenía por mejorar mi relación con mamá. Arreglé mi bolso a pesar de ser muy temprano donde en el bolsillo delantero puse las llaves del carro.

No pienso ir con mamá al instituto.

Bajo las escaleras listo para irme sin hacer ruido, rogando que mi madre tenga sus tapones para oídos.

—¿A dónde crees que vas tan temprano y sin comer? —cuestiona con reproche la Sra. Glenis.

—No quiero que mamá me lleve al instituto—confieso sabiendo que no tengo ninguna oportunidad de mentir.

¡¿ELLA ES MI AMIGA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora