Tercer Capítulo

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Lunes, 26 de marzo de 2018

A D R I E N

Ha pasado una semana desde la discusión que tuve con Michael. No he hablado mucho con los miembros del equipo RG, por alguna o muchas razones hemos estado distanciados. La Sra. Glenis después de hacerme entrar en razón de lo equivocado que estuve, trató de hacer de esta última semana de vacaciones algo no tan malo. Trajo con ella a sus hijos y jugamos con ellos en el patio de la casa todos los días y en la tarde les enseñaba cómo jugar videojuegos. Salimos a algunos parques, fue un fin de semana "en familia", porque así me sentí con ellos.

A los gemelos les pedí disculpas y, antes de entrar en su semana "sin tecnología" que sus padres le piden todos los años antes de entrar al colegio, las aceptaron. Michael no ha contestado ninguno de mis mensajes...Y Debby no está siendo la misma. Ella y yo siempre nos mandábamos mensajes hablando de cualquier cosa, que acompañábamos con fotos random. Últimamente ella se tarda en responder los mensajes y cuando lo hace son oraciones que siempre terminan en un punto al final.

Iré al campo de batalla mejor conocido como escuela, sin mi batallón. Además, ayer mamá me escribió a las 3:00 de la madrugada que ya estaba en el avión de regreso y que ella me llevaría al instituto en su auto. Ese mensaje leído con los ojos entrecerrados ha estado rodando en mi cabeza, pues no tengo ni idea de con que ánimo regresará.

—Niño Adrien, aún puedo recordar tu primer día de clases—comenta conmovida la Sra. Glenis. —Estabas muy nervioso, tu papá te llevó y recuerdo que regresaste saltando porque Michael y tú decidieron ser mejores amigos ese mismo día.

—Todo era más fácil en esos años—musito jugueteando con mi desayuno.

Ella con la botella de plástico de jugo vacía me da un golpe en la cabeza. — Tienes que tener una mejor actitud ante la vida, no puede arrastrarte. Tú eres un buen chico—la puerta abriéndose la interrumpe.

—Sí, y un buen hijo—preguntándome cómo hizo para escuchar lo que la Sra. Glenis dijo, mi madre entra en la casa con su maletas y bolsos— ¿Hola?

—Hola mamá—saludo y termino mi desayuno para subir sus maletas mientras ella le cuenta a Glenis cómo le fue en el retiro. Con las llaves que se lleva abro su cuarto dejando las maletas.

Bajo las escaleras encontrándome con ambas murmurando algo, dejan de hablar ante mi presencia.

—Bueno ya estás listo, yo estoy lista. ¡Vamos!

Su entusiasmo solo hace que me sienta incómodo, no entiendo de donde proviene.

—Okay—camino detrás de mi madre con mi bolso—. Nos vemos—me despido sin saber si temer por mi vida, o rendirme y simplemente buscar una persona que pueda cuidar de mi récord perfecto en Call of Duty.

Puedo cortar o medir cada centímetro de la incomodidad que habita en el auto con nosotros y solo llevamos cinco minutos de autopista.

—¿Estás emocionado?

—Supongo—respondo encogiéndome de hombros tratando de aceptar este cambio de actitud. —¿Cómo te fue en el viaje?

—No hablemos de mí—le resta importancia. — Hablemos de ti—añade sin responder mi pregunta.

—Creo que sí, solo espero que sea un buen año escolar.

No creo que deba contarle sobre mi discusión con Michael o lo que pasó con Debby, contarle cosas que no sean buenas tal vez haga que pierda el interés en mí.

—Ya sabes, tener mejores notas que el año pasado.

—Si, sí. Ya estás muy grande, parece que fue ayer que tu padre y yo veíamos como con tambaleos lograbas dar tus primeros pasos—comenta con su mirada fija en la autopista.

¡¿ELLA ES MI AMIGA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora