Vigésimo Segundo Capítulo (+18)

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D E B B Y

Sus manos toman mi cuello para profundizar el beso y tener un mayor control del juego de lenguas. Los besos escalan. Nuestras manos toquetean ciertas zonas con cautela. Poco a poco con asentimientos y suspiros avanzamos a zonas que antes no pensábamos en tocar.

Mis manos toquetean su abdomen, delineando a través de la camisa. Él hace lo mismo evitando tocar mi pecho. Yo algo cansada de su cautela dirijo sus manos hacia mi pecho y Adrien muerde mis labios ante el movimiento. Aquello solo provoca que quiera seguir besándolo.

-Guíame, Roja. Dime como quieres que lo haga.

Sus palabras tienen una reacción rápida, siento un palpitar en mi vientre y he de admitir que puedo percibir un poco de humedad en mis bragas.

Guio sus manos debajo de mi camisa. Me encargo de sacarme el sostén para darle un acceso completo. Le indico donde tocar y con que fuerza apretar mis pezones. Como nunca antes muestra ser un estudiante que, si presta la suficiente atención, aprende rápido. Empieza a tomar el ritmo provocando que la humedad en mis bragas deje de ser poca.

Una llamada telefónica interrumpe el toqueteo de Adrien. Maldigo ante sus titubeos sobre de que es alguien importante. Él se adentra al baño, pues mis gemidos leves ante mi roce contra las sabanas deben escucharse lo suficiente para que él quiera ser precavido.

Yo aun sintiendo el palpito que pide a gritos satisfacción me desprendo de mi camisa dejando que mis manos sigan el ritmo que tenía Adrien. Lo que solo logra que el palpitar pida atención más localizada. Gimo su nombre mientras él sigue en el baño.

Me desprendo del pantalón para deslizar de lado mis bragas para tantear los labios exteriores. Tanteando el terreno de mi placer, la temperatura de la habitación se siente drásticamente más caliente.

Cuando considero suficiente decido adentrar uno de mis dedos que se desliza fácilmente ante mi humedad. Mientras mi dedo nada en mi lubricación natural puedo escuchar el lavabo sonar, con dos dedos en mi interior, la puerta se abre mostrando a un Adrien que inmediatamente luce maravillado por la escena.

Yo aprieto mis piernas algo avergonzada por la circunstancia, buscando aplacar las sensaciones. Sin embargo, en su reacción puedo percibir nervios y bastante orgullo sobre en lo que su toqueteo escaló. Él carraspea y al acercarse noto la gran dilatación de sus pupilas que cubren casi todo su iris.

-Estoy tan agradecido de lavarme las manos antes de salir-es lo que sale de su seca garganta pues parece seguir tragando saliva en cada paso que da. Sus rodillas se separan ante mi quedando arriba de mi cuerpo-. No pareces necesitarlo, pero ¿Puedo ayudarte?

Antes de asentir, regulo mi respiración para poder formular una pregunta- ¿Quién era?

Él ríe y yo entrecierro los ojos-. El entrenador diciéndome que los resultados del examen de Alex ya están publicados, pero necesitaba mi ayuda para acceder a ellos por la página. Pidió disculpas por la hora y luego pareció poder ingresar, pero no quiso decirme el resultado.

Con mi mano izquierda lo tomo por el cuello para acercar sus labios al mío.

-Más te vale que puedas compensar lo que te tardaste-pido en tono autoritario, no sé si fue el hecho de las emociones de la habitación, pero él sonríe de lado encantado con mi frase.

-Haré lo mejor que pueda -contesta bajando su rostro hacia mis muslos.

Por mucho que nuestras palabras dirigidas por las ansias de placer parezcan funcionar con el ambiente, nuestros movimientos no son del todo precisos. Ambos queremos esto, queremos que funcione, pero nuestra experiencia no es amplia. Mi experiencia en el ámbito sexual se resume solo a conocer lo que me gusta a mí, por lo tanto, por mucho que exista un conocimiento general, no tengo ni idea de que hacer cuando se trata de otra persona.

¡¿ELLA ES MI AMIGA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora