Kaleb
Cuando terminó la película, Nara cerró su portátil y se lo colocó bajo el hombro, dispuesta a marcharse, posiblemente a su habitación.
-Respecto a lo de esa fiesta... -la retuve con mis palabras, logrando que se volviese hacia mi.
-¿Lo que ha comentado Riley? -meditó escéptica y asentí. -Olvídalo, no puedes acompañarme. -dijo como si leyese mi mente. -De ninguna manera. -agregó tratando de sonar contundente.
Puse los ojos en blanco.
-No te estaba pidiendo permiso. -declaré con obviedad, sin importarme el hecho de que quisiera dejarme a un lado para ese evento.
Ella suspiró, dejando reposar su vista en el suelo.
-Hace falta entrada, y no son precisamente fáciles de conseguir. -siseó, como si aquello fuese a detenerme.
-Me colaré. -objeté convencido de mí mismo.
Nara no cambió su expresión.
-Ja. -se burló con sarcasmo, antes de volver a intentar irse.
Esta vez la cogí del brazo, ella miró mi mano sobre su piel, para acto y seguido volverse con lentitud de nuevo.
Sentí que nuestros tonos de piel se veían bien juntos.
-Tu amiga tenía una de sobra. -plantee.
Nara apoyó su mano sobre la mía, indicándome que la soltase de manera más o menos consciente.
-¿Y que te hace pensar que te la dará a ti? -cuestionó, infravalorando como siempre mis increíbles cualidades.
Solté una carcajada.
-Soy nuevo, guapo, de Chicago... -comencé a enumerar y ella sonrió divertida, haciendo que la tensión anterior se desvaneciese. -Ni siquiera tendré que pedirla.
-Eres un puto narcisista. -me acusó y sabía que estaba insultando me pero estaba demasiado embelesado viendola sonreír como para centrarme en eso. -No le gustas a todo el mundo, Kaleb.
Entrecerré los ojos.
-Di una sola persona. -la insté. -Una sola.
Ella clavó la vista en el techo y se mordió el labio inferior pensativa.
Por un momento temí que dijese su propio nombre.
-Will. -testificó finalmente.
-¿Eso se considera persona? -pregunté aunque en lo que a mí respectaba estaba claro que no.
Ella seguía deslumbrante, mostrando sus dientes blancos, sus labios colorados y sus mejillas contraídas por la risa.
-¿Quieres respetar a mi novio? -me reprochó.
-Pero si te estás riendo. -me quejé, observando el brillo intenso de sus ojos.
-No, no es cierto... -murmuró, relajando sus facciones.
Me mojé el labio superior antes de volver a hablar.
-Lo dejaréis... -pensé en voz alta, calculando lo mentalmente. -De aquí a... Una semana, dos como mucho.
Su expresión se nubló un poco.
-No bromes con esas cosas. -me reprendió, aunque sonaba mucho más avergonzada que molesta.
Me encogí de hombros.
-No estoy bromeando. -contrapuse y los zafiros que tenía por ojos volvieron a centrarse exclusivamente en mi. -Se nota que os estáis distanciando aún más. Y eso desembocará a una...
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La Humana y el Demonio || Lara Sanz || •sweet•fantasy•
FantasyNara Spinster lleva siendo acosada en sueños más de tres años por una sombra que a su vez, la persigue cuando está despierta. En las últimas semanas descubre que la están siguiendo y más intrigada por los sucesos, decide tomar cartas en el asunto y...