Capitulo21

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Verano II

La suave brisa matutina acariciaba el rostro de Alphard quien con suavidad vagaba por el nuevo pueblo mágico cuyas calles vacías se abrían a sus ojos curiosos pero sobretodo enfocado a los listones espirituales casi invisibles por la interferencia mágica… resoplo al soltar el listón deseado.

Para el antiguo Shinigami con paciencia de un santo, admitía que estaba un poco oxidado en sus habilidades de rastreo… una de las tantas desventajas de haber pasado su larga existencia en un lecho enfermo.

Se había provocado un dolor de cabeza como consecuencia del uso excesivo del reiryoku, ya no podría usar la técnica del reiraku hasta otro día… solo esperaba que su padre no hiciera nada imprudente en lo que lo encontraba.

Por lo menos había visitado tantos lugares lindos en este periodo de cacería.

Miro de nuevo el pueblo con una sonrisa divertida ¿podría comprar algo para llevar a casa? -no- dijo en voz alta en castigo, pero su mirada anhelante a los dulces de un escaparate eran tan tentadores pero se obligó a caminar de regreso a las afueras de la comunidad… quizás la sociedad mágica no pensaba mucho de un niño de trece años tan temprano en verano, pero seguro sospecharían si lo atrapaban tan lejos de casa.

Una desventaja de ser un niño maldito es que todas las cabezas mágicas volteaban a verlo, en poco tiempo tardarían en identificarlo y preguntas incomodas estarían a la vanguardia… habida mucho que Ichimaru podía despistar con su nuevo poder.

Aunque admitía que la nueva libertad otorgada por su adorado Onii-san era tan agradable, era extraño como su Obaa-san no sospecha sus faltas constantes… seguro no piensa que está tratando contactar con un padre del que nunca le conto.

O como el resto, no pensaba que estaba haciendo algo indebido… una gran reputación impune causaba tantas oportunidades que podía aprovechar.

Con esto en mente, el joven Black canturreo libremente hasta llegar al borde del pueblo mágico, soltó un grave suspiro -Sagitario- llamo al elfo que le ayudaba a moverse que apareció en un chasquido -vamos a casa- indico con amabilidad al ofrecer su mano para desaparecer en el acto.

XXXXX

Draco Malfoy era un niño consentido, un tanto arrogante y algo narcisista que hubiera continuado con ese camino si no fuera por el primer año de Hogwarts donde Alphard Black limo sus asperezas con paciencia.

Algo que obviamente el heredero Malfoy no se percató, solo su madre pero no estaba por admitirlo menos enfrente de su padre.

El segundo año tampoco alimento esta parte de crianza de sus padres, aun con el distanciamiento obligado con los Black… todavía se mantuvo cortes con ciertas facciones en Hogwarts bajo la vigilancia de Ariana Dumbledore, niña que aparecía convenientemente para detener alguna de sus rabietas infantiles contra otros socialmente menos agraciados.

Draco Malfoy era un niño influenciable sin su comprensión.

Ahora en la actualidad, en este verano y después de su fiesta de cumpleaños… el pequeño rubio estaba castigado en un encierro en su habitación con deberes no solo escolares sino de sus futuras obligaciones como heredero Malfoy.

Sentado en su escritorio con pergaminos dispersos, Draco miraba infeliz el exterior donde los pavorreales albinos desfilaban orgullosos en sus jardines… suspiro anhelante, pero negó cualquier intento para convencer a su padre de su movimiento político al invitar a una sangre sucia a su mansión.

Lucius Malfoy era infeliz cuando la detecto en el grupo de los Black.

Fue tonto para Draco pensar que su padre no la reconocería en las presentaciones sabiendo que su madre lo cubriría, pero Hermione Granger había sido un nombre usado mucho en sus berrinches en donde se quejaba de ser superado por una nacida muggles.

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