Narradora omnisciente
España, era un hombre que se podría describir en dos simples palabrasDon Juan
Mitad de las mujeres de su reino habían caído en los encantos del ahora rey, y no solo ellas, si no también mujeres y hombres de otros reinos, España era famoso por todo el mundo
-Majestad, el conde Haití pidio una audiencia con usted-aviso quien vendría siendo su ayudante
-Otra vez, porque insiste con lo mismo, no me casara con el-enojado se froto la sien cerrando sus ojos
Hace un año su padre lo había comprometido con el segundo príncipe de un imperio llamado Tahuantinsuyo, era normal en la época los matrimonios arreglados, sin embargo, hace unos meses había llegado una carta diciendo que el príncipe escapo por "causas desconocidas" y que se retrasaría la boda, no hace falta decir que aquella, se esparcio rápidamente por su reino llegando a los oídos se sus pretendientes que aprovecharon la oportunidad para mandar propuestad de casamiento
-Majestad, su caballo esta listo-aviso uno de sus sirvientes
-Perfecto, Portugal cuando regrese quiero que tengas listo los papeles que debo firmar-el portugues asintio viendo a su amigo casi oficial irse
España se puso su capa ocultando sus cabellos, si quería salir pacíficamente era mejor evitar a toda costa a las personas que habitaban en la capital
Elevo y bajo las cuerdas haciendo que el caballo empezara a correr, cada vez se alejaba del palacio y de la capital adentrandose a un bosque, los guardias no iban con el pues España así les había ordenado
Iba en su caballo esperando encontrar a algún ciervo o mínimo un conejo, estaba tan distraído que no se dio cuenta por donde iba
El caballo se asusto al ver una serpiente la cual había sido pisada por el caballo del español, la serpiente se fue pero España ya había perdido el equilibrio, iba a caerse de su caballo
-Cuidado!-exclamo alguien poniendose en el suelo pastoso siendo golpeado por el pesado cuerpo español-no debí hacer eso
España vio donde había caído o mejor dicho en quien, era una persona que iba con una capa negra, lo único que resaltaba eran sus ojos dorados que brillaban como diamantes expuestos al sol
-Oye, creo que me rompiste una costilla, te puedes levantar!-se quejo el desconocido
-Oh si, perdón-se levanto rápidamente de donde estaba viendo como el contrario respiraba aliviado aunque algo adolorido
El desconocido se incorporo bajandose la capucha que tenía dejando ver sus revoltosos cabellos pelirrojos y su pecosa cara
-Es hermoso...-"penso" el contrario
-Gracias-un sonrojo aparecio en el rostro español, había pensado en voz alta
Y así de la nada ambos empezaron a conversar, el español sentía algo de extrañeza al encontrar a una persona en el bosque
-Oye...no me has dicho tu nombre hasta ahora-el bajito lo miro alzando sus hombros
-Me llamo Viru rey España-se presento, el español asintio hasta que se dio cuenta de algo
-Rey?!, tu como sabes que soy un rey?- le pregunto entrecerrando sus ojos
-Entonces eres un príncipe?, tu escudo de tu cinturón pertenece a la familia real de este país-explico mientras de la nada sacaba dos manzanas, una se la extendio al contrario
España tomo la manzana para luego ver el escudo de su cinturón, había sido muy evidente
Las horas pasaron, el atardecer se hacía presente, los colores entre anaranjado, rosado, fucsia y amarillo