Pedido por:Jane_200812
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𝐄𝐋 𝐒𝐎𝐍𝐈𝐃𝐎 de la máquina retumbaba por toda la silenciosa habitación, estaba tan acostumbrado a aquel sonido que ya no lo molestaba a la hora de leer
El sonido de la puerta interrumpió el casi silencio de la habitación, curioso de quien podría visitarlo, dio pase a que aquella persona entrara, tal vez era una enfermera
―Hola Perú, mira que te traje―
Sus ojos dorados tomaron un lindo brillo al ver a la persona quien había entrado, quiso pararse, pero su cuerpo no se lo permitió
―Jamaica― sonrió ―pensé que hoy no ibas a venir―
El peliverde negó
―Te dije que vendría a visitarte todos los días, hoy se me hizo un poco tarde pero ya estoy aquí― se acercó entregando las flores ―¿cómo estás hoy?―
―Bien― respondió ―recuperé un poco el apetito―
―Eso se oye genial― felicitó el contrario acariciando con suavidad la mejilla peruana
Perú inclinó un poco más su cabeza para sentir el calor del jamaico, él era tan cálido, a diferencia de el, que su cuerpo estaba constantemente frío
Un sonrojo se hizo presente en las mejillas del chico, aquella acción le había parecido tan tierna
Ambos conversaron tranquilamente, el jamaico se aseguraba que el peruano esté cómodo y que tomara sus pastillas a la hora indicada
La puerta volvió a abrirse, dejando paso al doctor, quien saludó a la pareja amablemente
―Buemas tardes, doctor― saludaron la pareja
―Buenas tardes― el doctor sonrió ―si me permite, señor Jamaica, es momento de revisar al pacientr―
―Oh, si, claro― asintió
Jamaica salió de la habitación a esperar, miró los largos pasillos blancos que llevaban a otras habitaciones, algunos con pacientes, otros vacíos
―Me alegro que Perú haya recuperado un poco de su apetito― se alegró
A pesar de ser un pequeño paso, para Jamaica era importante, porque era señal que su pecosa pareja se estaba recuperando
―Cuando todo esto termine, llevaré a Perú a comer pollo a la brasa― se rio ante su pensamiento
La puerta se abrió, el doctor salió con la vista en su portapapeles, Jamaica frunció el ceño al ver el semblante serio del doctor
―Doctor, ¿todo bien?― Preguntó ―¿le sucede algo a Perú?―
La mirada seria del hombre cambió a una compasiva y amable
―Señor Jamaica...― el nombrado lo miro ―
"¡Por favor!"
―No es nada― sonrió
El doctor se fue, Jamaica elevó una ceja extrañado, alzó los hombros y entró a la habitación viendo a su pareja mirando por la ventana