Pedido por:
Nota: Si eres la persona que pidio este one shot, te pido perdón por haber perdido el nombre del usuario
Advertencia: Toxicidad, secuestro, problemas alimenticios, obsesión, baja autoestima, no romantizaré ninguna de estas actitudes
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𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐑𝐈𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐔𝐅Ó𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒, las barras de luces iluminando el lugar entero, la muchedumbre que esperaba ansiosa el comienzo del concierto, si, todo eso lo animaban a salir al escenario
―10 segundos para empezar― habló su asistente
El joven asintió, agarró su micrófono personalizado y se subió a la tarima a la espera de la señal de su asistente
―¡Perú! ¡Perú! ¡Perú!― gritaban las personas
Su asistente le dio la señal esperada, el pecoso agarró firmemente su micrófono y salió frente al público
―¡Hola, Chicago!― saludó eufóricamente ―¡me da gusta estar una ciudad tan linda con gente maravillosa apoyándome! ¡Los amo!―
Con ambas manos, hizo un corazón mientras cerraba uno de sus ojos, lo que ocasionó los gritos alegres de los espectadores
Perú sonrió, hizo una señal discreta a su asistente, quién ordenó poner la primera canció de muchas
Primera canción, segunda, tercera, cuarta, quinta, el pecoso había perdido la cuenta de las canciones que cantaba, pero supuso que no eran muchas, aunque no sabía porque se sentía mareado
Al terminar la canción, su respiración estaba agitada y las gotas de sudor bajaban por su rostro, se sintió alegre, o eso quiso suponer
Su vista se nubló, los gritos le parecían lejanos, no sintió nada más después de eso, solo vio oscuridad
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―¿Cuándo fue la última vez que comiste?― preguntó su manager enojado
Perú despertó en la camilla de un hospital, de eso, tres días habían pasado y su manager quería respuesta
―¿Tengo que responder?― preguntó el más bajo
―Si― Sur Corea, su manager, se cruzó de brazos mirándolo seriamente ―y ni me vayas a decir que ayer porque las enfermeras me han dicho que no has tocado tu comida―
Perú se sintió acorralado, evitó la mirada del coreano pensando en como salir de esta
―Perú― la voz enojada del más alto hizo que un escalofrío recorriera su espina dorsal
―Tal vez días, semanas...meses― murmuró
―¡¿Meses?!― exclamó asustado ―¡¿Cómo mierda sigues vivo?!―
Perú entendía el miedo del albino, con las prácticas de baile y las actividades publicitarias la energía se iba, él tampoco sabía como sobrevivió esos meses
―Meses, ¿eh?― una tercera voz habló ―eso es grave―
A los ojos del pecoso, el doctor que lo atendía era muy guapo, rubio y de ojos claros, todo un galán
Sur Corea y el doctor, que se presentó como Estados Unidos, comenzaron una charla sobre su estado de salud, tanto física como mentalmente
Perú no sabía de lo que hablaban, tampoco le interesaba, pero eso no quitaba el hecho de que pudo escuchar algunas palabras