Pedido por:yukiteru7
||❤||
Suspiró por octava vez en el día. Miraba su dedo meñique donde colgaba aquel invisible hilo para las personas, su vista iba y venia de su dedo hacia el dedo del rubio americano quien conversaba con su hermana canadiense
―Tu puedes Perú, solo ve y pregúntale―suspiro nervioso para acercarse al rubio
El pecoso se puso de puntitas para tratar de alcanzar el hombro americano, si embargo, solo logro tocar la espalda
―Hola USA, Canadá―saludo a ambos hermanos con una sonrisa
―Hello Pe―fue interrumpido por el mayor
―¿Que quieres?―pregunto el rubio chasqueando la lengua mientras fruncía el ceño
―Bu-bueno y-yo―empezó a jugar con sus manitos nervioso ―qui-quisieras ir por un he-helado?―apretó sus labios nervioso
―¿Porque perdería mi tiempo contigo?―el corazón del pecoso se encogió―mi tiempo es valioso
―Si...entiendo―le sonrió para irse corriendo de ahí
Llego a un parque para sentarse debajo de un árbol con las piernas abrazadas
―Porque creí que hoy iba a ser diferente―sus ojos se aguaron mientras apretaba más sus piernas― es obvio que el nunca saldría conmigo, no se como es que el es mi hilo rojo
El latino había nacido con el don de poder ver los hilos rojos de cada persona incluyendo el suyo, al ver que su hilo conectaba con el de USA se emociono pues el estaba enamorado del americano, lamentablemente, el anterior nombrado lo rechazaba cada vez que se acercaba, estaba cansado de eso
―Perú?―aquel extraño acento y esa entonación en la r
―Rusia, hola―se seco las lágrimas rápidamente
Delante de el estaba el hijo mayor del ya fallecido URSS, el albino y el no habían tenido tanto acercamiento como para considerarse amigos, solo socios comerciales
―Porque lloras?―el de mayor altura se agachó sacando un pañuelo blanco de su abrigo
―No es na- ―se callo al ver la mano izquierda del ruso
En aquel dedo meñique estaba el hilo rojo del destino, hubiera sido normal si el hilo no estuviera atada al suyo
―Pero...no era USA?―tomo la mano izquierda rusa para acercarla a su mano
El albino se sonrojo ante esa acción, no estaba acostumbrado al tacto ajeno
―Eh...Perú―el nombrado salió de su ensoñación para ver al ruso―que haces?
―Ah!―grito soltando la mano contraria―perdón es que quería comprobar algo―tosió falsamente mientras un leve sonrojo aparecía en sus mejillas
―Que pequeña―el albino vio su mano fijamente―y suave
―¿Por qué mis manos son tan pequeñas?―se lamento al procesar el tamaño de la mano rusa con la de el