Capítulo 21: Mojácar.

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(Julio, 2017)
Llego a Almería. Pero eso no me relaja. No, porque Àlex no ha llegado. Y necesito verlo. Necesito asegurarme de que está bien. De que la caída parece peor de lo que ha sido. Porque a mí me ha dolido de solo verla. No sé si por recordar en parte la mía, o por ser Àlex. Seguramente por ser Àlex, por no estar allí con él, por sentirme medio culpable por no haber ido y después haber acabado con collarín. Hasta que no lo tenga entre mis brazos no estaré tranquila. Yo os lo digo. No disfrutaré hasta que lleguen esos dos.

Al menos ya se habían llevado las maletas preparadas para venir a Almería, y no tienen que ir a Cervera a buscar la maleta y venir por carretera, o en AVE o en lo que sea. Eso me tranquiliza un poco. Roser quizás no le dejase venir si lo ve con collarín delante suyo. Y yo necesito ver a Àlex sano y a salvo.

Por la noche, casi dormida ya, suenan golpes en mi puerta. No hago caso. Pero los golpes siguen y siguen, por lo que al final me levanto de la cama y voy a abrir la puerta. Solo espero que no sea algún guiri borracho. No estoy de ánimos.

Abro la puerta y me quedo blanca y tiesa como un palo. No reacciono. No soy capaz.

-Hola, peque.- dice Àlex.
-Hola...
-¿Puedo pasar?

Solo asiento y me aparto de la puerta. Aunque no solo entra Àlex, también se adentra en la habitación Marc.

-Hola compañera de habitación.
-¿Qué?
-¿No te acuerdas? Dormimos los 3 aquí.

Tras escuchar a Marc, ahora recuerdo que es una habitación doble. La cama donde me he tirado encima será la de Marc o la de Àlex. La mía está tras otra puerta más allá. Llegué tan preocupada por Àlex que no me acordé de ese detalle.

-Ah, sí. Ahora me llevo mis cosas.
-No, me voy yo a la otra habitación. Tranquila.- dice Marc.
-No, no. Es mejor que compartáis vosotros la habitación. Yo me voy a...- digo pero no puedo acabar. Àlex me detiene.
-Aileen, por favor. Me gustaría dormir contigo al lado. Por si acaso me moleste esto.- dice señalándose el collarín.

Estaba tan dormida y tan ida con el tema de compartir habitación con ellos que no había caído en su collarín. Y eso que ya sabía que lo tenía.

No dudo en tirarme a abrazarle. Necesito hacerlo ahora mismo. Necesito sentirle a mi lado y ver que no le ha pasado nada malo.

-No me vuelvas a dar un susto como ese. ¿Sabes lo preocupada que he estado todo el día?
-Te pedí que vinieras.
-¿Y vas a tener un collarín cada vez que yo no vaya a un GP?
-Intentaré que no.
-Dormiré contigo si es lo que quieres.
-Sí. Creo que pueda necesitarte.
-Todavía no estoy graduada. Me falta un año.
-Más que Marc seguro que sabes.
-Eso espero.- digo y nos echamos a reír.

Marc se va a la habitación pequeña, y yo ayudo a Àlex a instalarse, y a cambiarse. Es un poco incómodo, después de haber sido pareja ambos. Pero nada que no pueda soportar. Además, necesita mi ayuda. No es como cuando se operó el año pasado de síndrome compartimental, pero el collarín no le deja mucho movimiento tampoco.

Cada uno se mete en su cama tras acabar de cambiarse. Aunque yo ya no pillo el sueño, y Àlex parece que tampoco, porque un rato después me llama a susurros.

-Aileen... ¿Sigues despierta?
-Sí. ¿Necesitas algo?- digo dándome la vuelta para mirar hacia dónde está él.
-¿Podrías venir?
-¿A tu cama?
-Sí.
-Àlex, intenta dormir.
-Por favor. Te necesito.

Me lo pienso unos segundos antes de responderle que sí. Me levanto de mi cama y voy a la suya. Àlex me hace un hueco a su lado y me tumbo con cuidado allí. Intento no hacerle daño. La vértebra que se ha tocado hoy con la caída todavía está muy reciente y es mejor que no mueva mucho la cabeza.

Noto cómo Àlex me acerca a él, y me dejo hacer. A mí tampoco me vendrá mal dormir pegada a él. Lo que no sé es si estará cómodo él. Espero que sí.

Por la mañana nos despertamos uno pegado al otro. Y con Marc mirándonos como si fuéramos una especie animal en extinción.

-¿Cuánto rato llevas ahí mirándonos?- digo susurrando.
-Unos 15 o 20 minutos. ¿Volvéis a estar juntos?- responde en el mismo tono.
-No. Solo me ha pedido que duerma con él.
-Entiendo. Me voy a desayunar. Nos vemos cuando se despierte Àlex.
-Sí. Luego nos vemos.

Marc se va de la habitación, y yo vuelvo a cerrar los ojos. Quiero aprovechar el momento de poder estar junto a Àlex. Siempre me encantó dormir con él. Aunque me costó mucho admitir que era porque me gustaba.

-Sí quieres puedes ir con él.- dice Àlex sobresaltándome.
-¡Estás despierto!- digo girándome para mirarle.
-Sí. Si te molesto puedes salir de la cama ya.
-No me molestas. ¿Cómo estás?
-Bien. ¿Tienes hambre?
-Por ahora no.
-Pues yo sí me comería un búfalo ahora mismo.- dice acompañado del rugido de sus tripas.
-Habrá que hacer caso al león de la Metro-Goldwyn-Mayer que tienes ahí dentro.

Me levanto de la cama de Àlex y le ayudo a poder levantarse sin que le dé un tirón en el cuello. No queremos que le empeore la lesión. Entonces no podría volver en Brno.

También le ayudo a ponerse la camiseta y luego voy al baño a prepararme yo antes de ir a dar los dos con Marc y desayunar los 3 juntos.

El desayuno es una locura. No hacemos más que reírnos. Y una vez acabamos salimos corriendo a la zona de la piscina. A coger el sol. Aunque después sí que nos damos unos baños en la piscina. Àlex no tanto porque tiene que tener cuidado con el cuello, pero nosotros dos sí que hacemos el tonto en el agua.

-Cuidado que te vas a quemar.
-¿Yo? Eso mejor adviérteselo a Àlex.
-Lo que tú digas. Voy a salir ya. Tú ten cuidado no te caigas de ahí.

Salgo de la piscina y voy a do de está Àlex

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Salgo de la piscina y voy a do de está Àlex. No puedo evitar sacar una sonrisa al verle. Todavía sigue incluyéndome igual que siempre. Aunque el collarín me hace sentir algo de pena. Aunque pronto estará sin él.

 Aunque pronto estará sin él

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Decidiste Dejarme (DD 1) (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora