Capítulo 62: Decisiones.

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(Enero 2023)
Àlex y yo le hemos estando dando vueltas a todo. Pero sobre todo a mi trabajo. Ahora mismo podría seguir viajando sin problemas, pero es que el mundial empieza dentro de dos meses. Cuando ya esté en medio de segundo trimestre. Y ahí sí que no me vendría muy bien estar todo el día metida en un avión y sobre todo en viajes a la otra punta del globo terrestre. Qatar, Indonesia, Austin y Argentina son los 4 primeros. Luego vendrían los nacionales y los europeos cercanos. Pero para entonces ya no me podré tender en pie tampoco. Así que lo mejor va a ser que deje el trabajo hasta que nazca el bebé. Y aunque sé que es posible que eso haga que lo pierda por completo, prefiero perder el trabajo a perder a mi hijo una segunda vez. Está decidido.

-No quiero hacerlo, pero es la única opción posible.
-Te prometo que volverás en cuanto puedas. Pero ahora mismo va primero la salud de nuestro pequeño, y, sobre todo, la tuya. No quiero que os pase nada a ambos.
-Estamos bien, y vamos a seguir estándolo. No te preocupes.
-Este año va a ser muy largo. Estar sin ti en el circuito va a ser una pesadilla.
-Siempre voy a estar una llamada de distancia. Y cuando me eches de menos allí, recuerda que no estoy para que nuestro hijo pueda crecer sin problemas.
-Te voy a estar llamando a todas horas.
-Yo también te voy a echar de menos.
-No lo dudo.

Náuseas ya casi no tengo, pero empiezo a cansarme de las hormonas, estoy a punto del llanto a cada cosa que pasa. Aunque Àlex no se ha cansado todavía de animarme todo el tiempo. Esto solo acaba de empezar, y ya se me está haciendo largo. Pero sé que todo valdrá la pena por tener a mi bebé en brazos dentro de unos meses. Un pequeño parecido a Àlex al que mimar y cuidar con mi vida.

-¿En qué piensas?
-En un pequeño bebé igualito a su papi.
-Yo prefiero una princesita cómo mami.
-Ya veremos que toca al final. Sea lo que sea Marc le comprará una moto...
-Puedo decirle que no lo haga. Es nuestro bebé. Sí no quieres no tiene por qué hacerlo.
-No. No puedo prohibirle que lo haga. Me lo prometió hace años. Que cuando le diera un sobrino le compraría una moto.
-¿Y eso cuando fue?
-Días antes del accidente. Supongo que también sospechaba que podía estar embarazada.
-Vamos que el único que no sabía nada era yo.
-Te recuerdo que yo me enteré cuando me desperté del coma y me dijeron que lo había perdido. Y no solo perdí el bebé, sino a ti también.- digo con las lágrimas amenazando de nuevo.
-Pero ahora me tienes aquí contigo. Y no pienso dejarte nunca.

Estas semanas están siendo un poquito así. Recordar cosas del pasado y querer llorar hasta inundar la casa mientras Àlex me abraza y me calma. Y eso no termina de tranquilizarme. Porque ahora está aquí, pero el Mundial empieza pronto y se va a pegar más tiempo fuera que dentro de casa. Así que voy a estar más sola que la una mientras voy lidiando conmigo misma.

Una vez hemos tomado la decisión de que es mejor que yo esta temporada no me mueva de casa, llamamos y tras mucha pelea porque no quieren entender que estoy embarazada y que mi salud va primero, al final tras muchas peleas. Y Àlex encargarse de la mayoría porque a mí ya estaba por darme algo. Al final se rinden y me dejan cogerme el tiempo que necesite.

-¿Estás bien? Quizás debí haber llamado yo directamente y no haber dejado que te alterasen.
-Estoy bien. No te preocupes. No me ocurre nada.
-Subamos a la habitación. Quiero mimaros un poco hasta la hora de la cena.
-Vamos.

Pasamos toda la tarde en la habitación. Tumbados en la cama. Con Àlex hablando a ratos y sin separarse de nosotros. Va a ser el mejor padre del universo. Y sé que el loco que hay en la habitación de al lado también va a ser un tío fantástico. No lo dudo. Esos dos tienen un instinto para los niños tremendo. Aunque también quieran subirlo a una moto enseguida.

La mayoría de cosas que suelta Àlex no las escucho. Se pasa todo el día hablando de comprar una cuna y un montón de cosas que todavía no son necesarias. No quiero ilusionarme demasiado. Prefiero pasar los primeros 6 meses antes de ponerme a comprar mobiliario de bebé. Pero a Àlex le hace mucha ilusión pensar en cómo será todo. Y me encanta verlo así. Tan animado con la llegada de nuestro bebé.

No me extrañaría mucho despertarme una mañana y encontrarme con mi antigua habitación convertida en una habitación para el bebé. Cosa que no veo del todo necesario. Prefiero tenerlo en nuestra habitación hasta que ya no necesite comer por las noches. Luego ya se verá si sigue con nosotros o le cambiamos de habitación. Seguirá siendo un bebé por entonces.

Y mejor será que me calme y me deje de pensar en que voy a hacer cuando mi hijo tenga 6-9 meses. Todavía no tiene ni 3 dentro de mí. No es momento de pensar en todo esto. Todavía puede pasar cualquier cosa y tener que olvidarnos de todo.

Y estos últimos pensamientos calan en mí, porque de madrugada Àlex me despierta llorando porque soñaba que lo perdíamos. Que quedaba muy poco para que naciera y que moría antes de nacer.

-Calma pequeña. Estoy aquí. No va a pasarte nada.
-Lo perdíamos.
-Ya está. Solo era una pesadilla. Estáis bien. No os va a pasar nada. Papá está aquí para cuidaros.

Asiento y dejo que Àlex me vaya calmando. Ha sido un sueño horroroso. No quiero volver a soñar con eso. Ni que ocurra de verdad. No quiero imaginármelo de ninguna manera. No volvería a ser la misma tras algo así. Una cosa fue perder uno a los 16. No era el momento. Pero ahora con casi 25 no sería lo mismo.

Decidiste Dejarme (DD 1) (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora