(Septiembre 2022)
Dos meses de casados y parecemos más bien una pareja de novios. No sólo Àlex y yo. También Leti y Marc. Casarnos nos ha hecho volver al principio cuando empezamos a salir. Pero eso no es malo. Al menos no para mí. Me encanta estar así con Àlex.En los circuitos seguimos teniendo la misma rutina de siempre. Cada uno por su sitio y a la tarde-noche encontrarnos. Pero las semanas que estamos en casa somos como imanes de neodimio. No hay quien nos separe fácilmente. Al menos a mí y a Àlex. Marc sí parece más capaz de separarse de Leti. Y suele ser el que saca a pasear a Stich y Shira normalmente.
Queda muy poquito para acabar el Mundial. Y no sé si quiero que acabe. Por una parte, sí porque podré estar más en casa con Àlex. Pero que se acabe el Mundial significa que ya no hay posibilidades de ganarlo y no quiero verle un año más peleando por el título y viendo cómo comparan sus posiciones con las de Marc. Lo odio desde que empezó en Moto3. E incluso desde antes. Desde que empezó a competir y la gente sabía quién era su hermano mayor. Pero ahora es mucho peor. Ahora le conoce mucha más gente, y hay muchas más críticas cuando es un piloto muy bueno. Aunque no esté bien que lo diga yo que soy su mujer.
Hace una semana pasó algo que no sé cómo clasificar. No es malo, pero tampoco lo veo como algo bueno. No sé cómo llamarlo. Lo que sé es que al final no importó porque no fue lo que pensaba.
Me di cuenta de que tenía un retraso. Estaba contenta y asustada a la vez. No sabía que pensar. Pero se lo conté a Leti y ambas decidimos que lo mejor era no contarle nada a Àlex hasta que fuera seguro nada. No llegué a tener que ir a la farmacia. Por la tarde me bajó la regla, y con ella me cambió el humor. Pero no por lo normal, sino porque, aunque no creo que sea el momento, ya me había ilusionado. Ya había empezado a fantasear con un pequeño Àlex gateando por casa y diciendo "brum, brum" al ver a su padre en la televisión. Pero no, al final no va a haber ningún mini Àlex. Ni ninguna mini Aileen.
Sé que Àlex me notó rara unos días. Pero no preguntó. Quizás se dio cuenta sin necesidad de decírselo. Y sinceramente no me veo capaz de decirle lo que sentí. Sé que él también muere por dentro por ser padre. Mejor no hurgar en la llaga.
-¿Estás bien?- pregunta Àlex sacándome de las nubes.
Asiento como respuesta. No estoy mal. Solo que me he hecho ilusiones con algo que no debería pasar todavía. Lo mejor es que al final no estuviera embarazada. Tendría que dejar de trabajar, y quedarme absolutamente sola en casa.
-Te noto rara desde hace días. ¿Estás segura de que no te pasa nada?
-Estoy bien nene.
-¿No me lo vas a contar? Te conozco bien. Sé que ha pasado algo.
-Àlex... No es nada importante.
-Solo peque.
-De acuerdo. Subamos a la habitación. Quiero que estemos solos cuando te lo diga.
-Vamos.Àlex me agarra de la mano y me acompaña hasta nuestra habitación. Cierra la puerta al entrar y vamos hasta la cama. Al principio me dejo mimar a manos de Àlex. Pero no puedo evitar hablar toda la tarde.
-Pensé que estaba embarazada. Spoiler: No lo estaba. Cómo ya te habrás dado cuenta.
-¿Y querías que fuera verdad?Asiento. No me sale la voz. Siento que estoy a punto de llorar. Guardármelo estos días me ha sido más o menos fácil. Pero al decírselo a Àlex los sentimientos se han multiplicado, y quiero llorar.
-No llores. Hay muchas más oportunidades peque. Tendremos una pequeña Aileen en cuanto quieras.
-Sé que no es el momento ideal. Pero ya me había imaginado a un pequeño Àlex gateando por casa.
-Seremos padres. No ya. Pero lo seremos pronto amor. En cuanto te veas preparada para serlo.Asiento de nuevo y hundo la cara en el pecho de mi marido que me abraza y mima intentando calmarme. Ninguno de los dos soporta hablar del tema. Los dos queremos ser padres y los dos sabemos que no podemos ahora si no queremos descuidar nuestra carrera profesional.
Más tarde oigo unas patitas arañando la puerta y sonrío. No tenemos un bebé. Pero si tenemos a Stich y Shira que son como dos niños.
Àlex me deja en la cama y va a abrir la puerta. Y en cuanto abre la puerta, enseguida le caen encima los dos que se ponen a corren por la habitación. Luego intentan subir a la cama y Àlex los sube primero a Shira y luego a Stich. Y ambos se dedican a darme lametones. Cosa que me anima bastante. Es imposible sentirse mal en compañía de estos dos angelitos, y con mi marido intentando que me anime también.
Pasamos una tarde de risas y lametones de los cachorros para ambos. Y por la noche me siento mucho más animada. Es lo mejor pensando que pronto nos iremos unas semanas a la otra punta del mundo. Será mejor no estar decaída antes de pegarme horas en un avión a Japón. Para volver a Cervera, y volver a irnos a Tailandia. Volver de nuevo e irnos ahora sí hasta Australia y Malasia de seguido. Aunque primero toca Aragón. La semana antes de empezar esta locura de viajes transoceánicos. Son lo peor que llevo del trabajo. Pero al menos puedo hacerlo al lado de mi marido.
Y así van pasando los días de casados en casa entre GP y GP. Unos días super amorosos. Otros en los que necesitamos más mimos. Y otros en los que caigamos rendidos nada más llegar de un GP. Sobre todo, en estos que están por llegar. Pero juntos se pasan mucho mejor. Sin duda adoro poder tener a Àlex a mi lado siempre. Para los buenos y los malos momentos.
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Decidiste Dejarme (DD 1) (Nueva Versión)
Hayran KurguAileen es una niña de 6 años a la que le saltan 2 cursos nada más empezar la Educación Primaria. Allí aún siendo lo suficientemente lista para estar en una clase de 3° es la comidilla de sus compañeros, de todos excepto de uno. Àlex. Él la ayuda a s...