4. Celos nivel: ¿¡Dime quién es McDonald's y por qué te encanta!?

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***Carrie***

— ¿Cómo es posible que tengas caballos, un establo, piscina...?

— El ser millonaria explica muchas cosas.

Nos dirigimos al jardín, era una noche hermosísima tanto así que incluso había luna llena, se formaba un panorama muy romántico como si Dios quisiera conspirar entre nosotros.

Tuvimos que cruzar por las canchas de tenis, volleyball y la piscina hasta que por fin pudimos llegar al establo, a penas llegamos encendí la luz pues era tanta la oscuridad que me daba escalofrpios pensar lo lejos que estoy de la seguridad de mi casa.

—Este es Diamond —me acerqué a un caballo blanco con una mancha en su frente en forma de diamante color negra, era mi favorito.

—¿Qué caballo quieres? Pregunté mostrándole los tres restantes.

Ethan los observó con detenimiento y eligió a uno de nombre a Trébol, un caballo negro total, raza pura, hijo de campeones del derbi de Kentucky. Super buena elección siempre y cuando sepas montarlo. Pero no se lo preguntare sino que averiguemos que pasa...

Abrí la verja, le di una soga a Ethan para que lo sujetara mientras buscaba una montura, al regresar se la coloqué.

Al caballo, no al burro.

—Todo suyo, sir.

— No sé montar a caballo –dice acariciándolo.

—Aprende ahora –sugiero con malicia, por dentro quería verlo caerse— Sube.

—Sube conmigo

Una vez arriba me tiende su mano, y yo de buena gente, accedo. Me senté detrás de él y fui yo quien tomó las riendas, luego golpeé levemente los costados de Trébol para que avanzara hacia la pista de equitación.

Para ser la primera vez que montábamos, solo hice que trébol rodeara del camino a una velocidad razonable, a él parecía gustarle.

— ¿Jamás lo habías hecho?

—¡No! —responde agitado de emoción— ¡Me encanta!

—Vamos, no es para tanto.

— ¡Quiero hacerlo yo sólo!

— Adelante, tú mueres.

Trébol paró al tirar de la cuerda, me baje no si antes preguntarle una ultima vez si estaría bien solo. Él dijo que estaría mejor que nunca y comenzó a trotar. Realmente la llevaba bien.

— ¡Con cuidado! —le sugerí con preocupación maternal cuando él se alejaba más.

Crei ya habrían pasado una media hora, veía a lo lejos a Ethan seguir con mucho entusiasmo sin lucir cansado, pero yo me aburría de solo verlo. Al principio quería montar a caballo mas después me complacía solo el verlo.

Sin embargo ya estaba poniéndose muy tarde.

— ¡Ethan! —lo llamé e incluso brique para que me notara— ¡Ya! ¡Regresa!

No me había visto.

De repente el foquito del establo se quemó y me dejó a oscuras completamente.

No veía más que una sombra moviéndose a lo lejos y empezaba a darme terror estar aquí sola. Volví al establo, y cerca de ahí había una especie de bodega donde están las herraduras y monturas sobrantes, esperaba que hubiera una linterna pero no, encontré una vela pero no tenía fósforos así que perdí mi tiempo.

Perros y gatos no se juntan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora