18. Las pesadillas son reales.

264 10 1
                                    

Roy tomó mi mano para bajar, pero antes de si quiera poner un pie en el primer escalón, el gritillo de Cloe hizo que parara a ver que sucedía.

— Voy con ustedes —Sus ojos están mirando a Leblanc como si buscara su aprobación, hubo silencio durante unos segundo y luego André le acarició la mejilla como si fuese una niña pequeña.

—Cloe... No soportaría que te pasara algo.

¿Y si me pasa a mí sí lo soportas?

Perdón, perdón, mi mente no debió pensar eso en estos momentos.

— Ethan... Yo...

Giré mi rostro para no ver el posible beso. Creo que fue muy evidente.

Es paranoico, pero no pude evitar hacerlo. Quizás aun no comprendo bien la gravedad del asunto y mi mente divaga alrededor de esas estúpidas ideas. ¿Se besaron?

— Te amo —la oigo decir. ¡Lo juro! ¡No lo inventé! ¡Ella acaba de decir que lo ama! — Te amo. Sólo quiero que lo recuerdes.

—No frente a mi novia —Volteé a verlos, André miraba con una sonrisa hacia mí. O sea que lo dijo para que lo oyera.

—Es tuyo, Carrie. —Cloe sonríe cómplice de Leblanc— Lo tienes. Ganaste.

¿Uhm? Pues obvio.

—Chicos, muévase —Harvey apareció pasando entre nosotros mientras sostenía las llaves del auto— Ya es hora. Síganme.

Lo seguimos a toda prisa por las escaleras de emergencia sabiendo que Cloe, Megan y André venían detrás cuchicheando algo, no era viable frenarme y preguntar qué tanto hablaban ¿no?

Lo miré de reojo ocasionalmente, lo único que notaba era su preocupación. ¿Tan serio es el asunto?

Pues obvio, ¿si no, por qué estaríamos huyendo como si la vida dependiese de ello?

— Saldré primero, les enviaré una señal y correrán. Debemos salir lo antes posible.

La puerta se abrió y se medio cerró dejando un espacio para vislumbrar el exterior, lo poco que vi fue un parking común y corriente, no veía nada que alzara el temor que levemente tenía. Harvey nos hizo seña para que avanzáramos. Corrimos hacia el vehículo pero yo no veía necesitada de correr, todo estaba vacío a excepción de unos autos que lógicamente son de los huéspedes. André asumió el lugar del copiloto mientras que nosotros atrás y agachados para evitar ser vistos.

Una vez el carro avanzó por la avenida aledaña a la principal André gritó: ¡Toma la derecha ahora! Y no paraba de mirar hacia atrás. Eso empezó a asustarme.

— ¡Esto no va a funcionar! ¡Detente! — ordenó André sacando un arma de la guatera— ¡Detente! Acabaré con ellos de una vez.

— ¡André no! —grita Megan alzándose para sostenerlo del brazo— ¡Por favor te van a matar!

— ¡Detenlo!

Jamás había escuchado esa voz de él, casi siempre es como tranquila y odiosa, pero ahora es... serio, totalmente serio, era como si fuese otra persona. Como si sacase una parte fría de él. No lo se, quizás lo imagino pero es bastante extraño.

El carro frenó en un estridente chirrido.

Levanté la cabeza y vi un auto rojo frente a nosotros. Es decir que Harvey no se detuvo por orden de André, fue porque nos habían interceptado. Y no sólo por delante, ahora también dos motos bloquearon la parte de atrás. Estábamos rodeados. Desconcertante situación ahora.

— Nadie se mueva —dice Harvey. Todos estábamos quietos—. Fontaine, nos vemos en el infierno.

— ¡Harvey no!

Perros y gatos no se juntan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora