17. Battleship I

173 9 1
                                    

Capítulo XVII

***Ethan***
Stefan y Enzo llegaron, Evans y yo los esperamos en la oficina con Demetri.
Era hora de soltar la emboscada, preparar los últimos detalles para acabar con esto.
- Si rodeamos todo Gregory Hall, podríamos tener francotiradores en los edicifios vecinos, mejor visibilidad.
- Enzo, por Dios. Lo que necesitamos es ir y acabar con todo a balazos. Sabes que es la única forma.
- Rodearemos Gregory Hall -Puntualicé presionando mi dedo sobre los planos- Si esto no sale, pasaremos al plan B.
Todos se tensaron al oír lo del plan B. Si lo preguntan, o sospechan el plan B, pues es correcto si piensan en una bomba. Fuerte como para derrumbar una hectárea de terreno, lo necesario para acabar con el yate entero.
- Tomaremos los documentos y les clavaremos balazos entre ceja y ceja.
- Calmate, Stefan -Dije con una sonrisa-. Ya habrá tiempo para eso.
- Sin fallo -Dijo Evans-. Sin errores, ¿Me oyen?
- Megan tiene que estar ahí, ¿Ya están seguros?
El abuelo puso una mano sobre mi hombro.
- Alejandro está dentro. Tranquilo, se encargará de que ellas dos asistan.
Me crucé de brazos, seguía intranquilo por mucho que Alejandro esté dentro protegiendo a Megan y ahora a Carrie. No la he visto hace dos días y aún faltaba un día entero para volverla a ver. La necesito... No saben cuanto. Una vez me asegure que Carrie y Megan están fuera del yate con el resto de mi familia y a salvo, la bomba explota, con todos dentro. Con mi padre y sus matones... El resto de gente... Incluyéndome si es necesario.

***Carrie***

Me acariciaba el cabello mientras yo abrazaba una almohada con tristeza.
- Gracias -Susurró.
- Todo está bien. Irás con tu hermano pronto. Y te prometo que no volverás a ver a Gabriel jamás.
- Gracias por todo, Carrie.
Sé a qué se refiere con ese gracias. Pero solo yo lo sé.
Me levanté de su lado para abrir la puerta, era Alejandro, hermanastro de Ethan, tiene 17 y sabe todo lo que ha pasado él, así que dijo que nos ayuda.
- Te lo he traído.
Agarré el teléfono agradeciéndole, volví con Megan para tendérselo pero ella se negó.
- Él quiere oírte, pequeña.
- No. Quiero salir de aquí y ya. Habla con él, seguro lo necesitas.
Deposité el teléfono a un lado de la cama. Yo tampoco quería hablarle ahora, después se sentiría más nervioso y preocupado de lo que seguro está.
- Yo creo que mejor le llamas -Opinó Alejandro, acercándose-, insistió en que te comunicaras con él. Hazlo.
Odio que insistan porque, por lo general, termino aceptando.
- ¿Alejandro? ¿Como está Carrie? -Se precipitó a preguntar, sonreí al oírlo- ¿Alex? ¿Todo bien?
Él seguía hablando desesperadamente, fui hasta el baño a encerrarme y solo oírlo, no podía pasar el nudo en mi garganta que impedía decirle que lo amo... Mi respiración salió atropelladamente al sentir mis lágrimas rodar, presioné mi espalda contra la pared hasta llegar al piso y llorar mientras lo escucho.
- Carrie... -Siseó, su voz se quebranto al escuchar mi llanto- Carrie, háblame.
- T-te... Ethan...
- Mi amor, no llores... -Sentí como su voz se resquebraja confirme me hablaba- Te amo, preciosa. Eres la mejor novia del mundo, eres perfecta...
- Para -Interrumpí con dolor- Ya no hables. El oírte me destroza.
- ¿Todo bien?
- Pienso en ti.
- ¿Eso es sí?
- Eso es un te amo.
- Voy a sacarte de ahí como sea.
- Ya lo sé.
Por mucho que secara mis ojos, el agua corría como cascadas de solo oírlo e imaginarlo abrazándome a su lado, besándome hasta quedar sin aire. Todo sin él me parece tan malo, asemejando a una daga cruzando en mi pecho, una especie de opresión al no tenerlo cerca.
- Te quiero tanto -Dijo- No te preocupes, Alex te cuidará tanto como no pude hacerlo yo.
- No digas eso, pobretón. Solo un día más y volveremos a estar juntos. Con Megan y Roy. Ya lo imagino -Dije para alegrarlo, intentando acallar mi dolor en la voz- ¿Te lo imaginas?
- Sí... Lo imagino. ¿Sabes qué más imagino? Imagino levantarme cada mañana contigo, despertarte con besos y abrazos, decirte cuanto te amo... Tener cien gatos.

Reí. Ethan sabía cómo y cuándo hacerme reír de verdad. Animarme en los momentos más difíciles y tristes con sus tonterías.

- Quiero un perro -Repliqué.
- No me gustan... ¿No prefieres un hámster?
- No te atrevas a meter un ratón en mi casa.
Escuché su risa.
- ¿Me pasas a Megan?
- Creo que mejor debe descansar.
- ¿No le ha hecho nada verdad?
- Tienes mi palabra. Yo la cuido siempre, pobretón.
- ¿No te ha hecho nada, cierto? -Esa pregunta sonó a miedo. Callé antes de hablar, necesitaba calmarme- No te hizo nada, ¿Cierto? ¿Cierto? ¡Carrie, contéstame!
- No.
- No te creo.
- Hasta el sábado.
Y cerré el teléfono, luego lo apagué.

Perros y gatos no se juntan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora