Capitulo 3

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-Creí que seguías en el pueblo- escuche decir a mi madre detrás de mi. Había estado evitándola desde que había llegado del banco.

Tome aire y me calme un poco- Llegue hace algunas horas- me quitaba mis botas, sentía que ella se acercaba sigilosamente

-¿Quieres algo de comer? Prepare una ensalada que seguramente te encantara- detestaba la hipocresía con la cual me hablaba, como si todo estuviera perfecto.

- No tengo hambre- Camine hasta llegar al pie de las escaleras- y si me disculpas, me gustaría ir a dormir- Tome el barandal de la escalera cuando su voz hizo que me detuviera.

-¿No vas a contarme como te fue?- la observe con enojo, pero no quería hablar, sabia que la ira me consumiría lo suficiente como para que estuviera disgustada un tiempo -Pues debo suponer que no te fue muy bien ya que...-  es una lastima que la tolerancia no sea lo mío.

-¿Cuando ibas a decirme lo de las deudas?- Su rostro no se inmuto, Ni siquiera fingió sorpresa ante mi pregunta, aunque debo decir que eso solo nos hubiera quitado tiempo.

-Veo que ya lo sabes- Se sentó en el sofá al otro lado de la sala- Te enterarías tarde o temprano.

-Eres una mentirosa!- Solté con mucho enfado- Pase días rompiéndome la cabeza para idear un plan que sacara el negocio a flote, no dormí buscando las palabras correctas para ganar mas tiempo con el banco y resulta ser que yo no conocía la historia completa.

-No me hables como si todo esto fuera mi culpa- se levanto de golpe- Fue tu padre quien nos metió en estos líos.

-Si, pero mi padre hubiera buscado una solución.

-¿ A caso no viste cual fue su solución? Fiorella, tu padre se suicido para poder quitarse todos esos pesos de encima, incluyéndonos- eso si que dolió. Esas palabras abandonaron la fría boca de mi madre, como si ella jamás lo hubiera amado.

-¿Como dices una cosa así de papá?- tome una respiración para evitar que mis lagrimas brotaran- Hablaste como si no lo hubieras amado nunca.

-Fiorella, Jamás dudes de mi  amor hacia tu padre

-¿Entonces? ¿Cómo dices una cosa así sobre el?

-Lastimosamente, es lo que pintan los hechos. Y por mucho que duelan, debes afrontarlos.

-Esta bien, tu ganas- dije subiendo las escaleras- pero no me rendiré mamá, no voy a descansar hasta que el viñedo este seguro en mis manos- La observe unos segundos- porque ya no estoy segura de que lo este en las tuyas- Mi madre intento defenderse, pero no pudo, solo se quedo en silencio mientras yo desaparecía escaleras arriba.

No estaba segura de lo que le ocurría, pero ahora sabia que estaba sola, que esta batalla tendría que darla sin nadie a mi lado, lo cual en parte era muy bueno ya que desde que había muerto mi padre, la soledad se había vuelto en mi mejor aliada.

******

2 Semanas después.

Habían pasado 2 semanas desde mi visita al banco, las cosas marchaban en calma, mi madre había dejado de involucrarse en los asuntos del viñedo, dejándome completamente al mando. La cosecha seguía excelente, la producción de vino estaba de maravilla, era uno de los mejores vinos que había probado en años y aunque las ventas quizás no fueran suficientemente buenas para pagar todas la deudas, la esperanza había vuelto a mi.

Me encontraba arreglando los jardines de la entrada cuando escuche que alguien se acercaba por detrás.

-Buongiorno toña, è un po' presto per venire a lavorare...- ¨Buen día toña, es algo temprano para ir a trabajar...¨ Dije sin siquiera dar un vistazo, pero mi sorpresa llego, cuando escuche una voz masculina detrás de mi.

MorelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora