Capítulo 12

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-No puedes venir aquí y fingir que todo está bien, me la llevare- escuchaba como los zapatos de mi padre hacían ruido al caminar por la habitación.

Todo estaba oscuro, un pequeño rayo de luz se escapaba por debajo de la puerta, la cual estaba cerrada con llave. Al otro lado se encontraban mi padre y otra persona, la cual ya no recuerdo.

Murmullos, era lo único que escuchaba.

-Crees que esto es un juego?- reclamaba mi padre- crees que es fácil para ?

Me preguntaba, de que estarían hablando allí dentro? Fuera lo que fuera era muy importante para papá.

-La única razón por la que hice todo esto, era porque creía que las cosas eran diferentes, pero al final, terminaste apuñalandome por la espalda- Más murmullos- Ni hablar, me iré de aquí ahora mismo- Pasos, pasos apresurados en dirección a la puerta.

Corri y me escondí detrás del sillón que se encontraba en el corredor. Mi padre giró la perilla y abrió un poco la puerta pero al final se detuvo.

-Si hago esto... es solo por ella, no permitiré que se salpique con esto por mi culpa.

Camine con mucho cuidado hasta estar de nuevo frente a la puerta, quise intentar ver por la rendija, sin embargo fue inútil.

-Señorita Fiorella!- susurró toña con mucho susto- vuelva a la cama en este instante.

-Necesito saber que está pasando allí dentro, papá puede necesitar ayuda- Susurró en respuesta una versión más pequeña de mi.

-No puede estar aquí, su padre tiene todo bajo control- camino hacia mi y me tomo de la muñeca, tiro de mi hasta la mitad del pasillo.

Lloraba y me retorcía con mucho cuidado de que nadie me escuchara.

Toña se detuvo y me tomo de los hombros- Es mi deber cuidarla, no dejaré que se involucre en asuntos que no le incumben. Si su padre la descubre aquí se enojara y entonces...

-Toña!- exclamó mi padre con fuerza.

Desperté de golpe. Nunca estuve segura de si esas imágenes eran parte de un sueño o un recuerdo, lo cierto era que me perturbaban y me llenaban de miedo durante algunas noches, evitando así que pudiera dormir.

Mire a mi alrededor con cuidado, acostumbrando mi vista a la luz que entraba por los ventanales del despacho, pues luego de mi pequeño encuentro con el señor Campbell no pude conciliar sueño, así que me instalé en mi despacho y estuve despierta hasta altas horas de la madrugada.

Pase mis manos por mi rostro con algo de desesperación- Tengo que relajarme, esta visita de Ethan solo hará que me vuelva loca.

Me recline en la silla y me quedé mirando al techo, trataba de encontrar fuerza de voluntad para salir de ahí he ir a desayunar, pero en lugar de eso note algo extraño.

-No había notado esa pequeña grieta en el techo- dije poniéndome de pie. La grieta se encontraba justo bajo la librera enorme de mi padre.

Subi por la escalera con cuidado de no resbalar y cuando estuve más cerca me di cuenta de que no era una grieta...

MorelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora