Historias cortas de los personajes de la serie/manga Jujutsu Kaisen. ˎˊ˗
━Clasificado con contenido adulto debido a que se presentará material que puede ser perjudicial para algunos, sólo en ciertos capítulos.
━Sin presencia de oc, personaje respect...
"Infierno" Advertencias: escenas algo fuertes y violentas. (Parte 1 de 2)
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Tu piel se erizó, levantando cada terminación nerviosa. Evitaste que tus manos fueran de forma inconsciente a tus brazos para quitar aquella sensación que solamente alguien podía sacar de ti.
Las manos te temblaron ligeramente, aferrándote con mayor fuerza a la cuchara con la que estabas rellenando las tazas de azúcar, evitando que por un descuido terminaras lamentándolo el resto de la tarde.
No necesitabas un castigo ahora, no cuando tu cuerpo apenas se recuperaba del último ataque que sufriste por culpa de un mal servicio. Así que suspiraste profundamente, cerrando brevemente los ojos, intentando ignorar la intensa mirada que sabías seguía posada en ti.
Y al darte la vuelta comprobaste la veracidad de tus suposiciones, mientras su oscura mirada se conectaba con tu figura, como siempre en absoluto silencio pero pendiente de tus acciones.
Con cuidado y cautela, te presentaste ante ambos hombres del clan Zen'in, colocando las tazas de té sobre la mesa. Tus dedos se movieron con precisión y delicadeza, sabiendo lo mucho que uno de ellos odiaba la torpeza, no así su acompañante quién esperó de forma paciente, sin dejar ver algún atisbo de emoción más que la oscuridad que rondaba por su mirada.
Pero aunque el hombre de cabello oscuro como el grafito se sentara con calma, vislumbrabas la tensión en su cuerpo, yendo a parar en el brazo roto que se encontraba doblado sobre su pecho afirmado en un cabestrillo.
Y una vez que levantó la mirada hacia su acompañante, tu cuerpo sintió un leve escalofrío por el odio manifestado en sus orbes, como una promesa de venganza que pronto iba a hacerse realidad.
─¿Cuando dejarás de ser una basura inútil? ─preguntó el hombre de mayor edad al hombre de cabello oscuro.
Antes de darte la vuelta para dejarlos solos, te fijaste en aquellos labios delgados y secos, presionandose juntos y remarcando la cicatriz en la comisura de su labio.
─¿Te he dicho que te retiraras, desgraciada? ─tus pasos se detuvieron abruptamente, plenamente consciente de que aquellas palabras eran dirigidas a tu persona y no al pelinegro.
Ya habías olvidado como se sentía escuchar tu nombre en boca de otra persona luego de los años de privación en esa casa y los apodos despectivos.
─No, señor ─respondiste. El término elevando el asco que sentías constantemente por ser reducida a una simple sirvienta de esa familia.
El hombre viejo del Clan Zen'in se colocó de pie de forma lenta, acompañado de una sonrisa que era mal presagio. Y justo como lo anticipaste, el golpe a tu cara vino, haciéndote girar la cabeza con brusquedad debido a la dura cachetada en tu mejilla izquierda.
