Historias cortas de los personajes de la serie/manga Jujutsu Kaisen. ˎˊ˗
━Clasificado con contenido adulto debido a que se presentará material que puede ser perjudicial para algunos, sólo en ciertos capítulos.
━Sin presencia de oc, personaje respect...
"Cúspide" Advertencias: contenido sexual y explícito. (Parte 2 de 2) Continuación de "Infierno".
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Sus palabras dichas con tanta pasión y profundidad, no eran más que una falsa mentira, buscando una forma de detonar tu libido. Aquella no era una promesa duradera, ni mucho menos una llamada a tu deseada libertad. Y a pesar de eso, te aferraste a su muñeca, deteniendo por unos instantes el movimiento de su mano en tu pecho.
El pelinegro detuvo el avance de su extremedidad, aunque el agarre de sus falanges permanecía cerrada en tu seno, sin intenciones de soltarlo.
La sensación de su palma áspera en tu piel te volvió adicta, sin querer separarte de él, al menos de momento. Y es que no tenías intenciones de detenerle por completo. Sí aquel iba a ser tu inferno personal por lo que te quedaba de vida, te aferrarías a esa brisa de aire fresco que representaba el hombre a tu espalda.
─No hago caso a palabras deshonestas y vacías ─expresaste al cabo de unos breves segundos.
El cuerpo del pelinegro se tensó a tu espalda de forma leve. Un suave gemido escapó de tus labios ante el inesperado tirón de sus dedos en tu pezón, no lo suficientemente brusco para arquearte del dolor, pero sí el suficiente para hacerte saber quién estaba a cargo de tu cuerpo. Y es que no podías creer que con esa simple acción lograra despertar tu lujuria.
─No soy paciente, ni tolerante ─anunció.
No te hacía falta ese aviso para estar al tanto. Eso lo comprobaste por tí misma con cada acción suya, la que iba dirigida al resto del Clan como retribución por lo sufrido. Pero las acciones pasadas, seguramente no eran ni la punta de la verdadera rabia que yacía en su interior, oculta con hostilidad y una mirada vacía.
─Las cosas hay que me tomarlas cuando se presenta la oportunidad ─continuó.
Esas palabras eran eco de tus pensamientos, en la soledad de tu estrecho e inhóspito confinamiento, mientras soñabas con una libertad que estaba lejos de tu alcance.
─Entonces, al menos por esta noche. Hazlo ─le desafiaste.
Al estar él a tu espalda, eras ignorante a la expresión que tendría en su rostro, aunque eso no evitó que sintieras en él la aceptación de tu desafío y ofrecimiento en la forma que sus brazos se aferraron a ti.
La mano que todavía se aferraba a tu seno descendió unos escasos centímetros buscando aferrarse a el con la punta de sus dedos de forma suave, dejando solo el dedo índice sobre tu pezón, en una caricia vaga.
Debido a los años de confinamiento en ese lugar, desconocías la sensación de otra persona tocando tu cuerpo, por lo que aquella leve caricia provocó que llevaras la cabeza hacia atrás mientras un suspiro de satisfacción escapaba de tus labios.
Tus ojos, que anteriormente habías cerrado de forma insconsciente, se abrieron de manera lenta, prestando atención al cielo despejado sobre sus cabezas, como único testigo.
