𝔘𝔫 𝔡𝔦𝔞 𝔠𝔬𝔪𝔭𝔩𝔦𝔠𝔞𝔡𝔬

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-El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de los amantes. ¿Qué más es? Es una locura muy sensata, una hiel que ahoga, dulzura que conserva.

Los cabellos azabaches de aquella chica en la biblioteca brillaban al igual que sus ojos cuando la luz de la ventana penetraba el cristal. Sus iris ámbar y sus pupilas se resaltaban al leer cada párrafo recitado de su novela preferida; al sentir ese cálido sentimiento en su pecho, sólo provocado por una persona se regocijaba con las mariposas en su estómago.

Aquel amor que seguía vivo a pesar de los años, aquel hombre que ha robado sus suspiros, pensamientos y su corazón desde hace tiempo. La veracidad de sus sentimientos fueron delatadas cuando en aquella oración se le juntaron dos palabras y una persona en la mente.

Antes de que ella pudiese darse cuenta, una muy conocida entró con gran bullicio; a pesar de que era la encargada de mantener el orden en la biblioteca.

-¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida muerte!-expresó a todo pulmón, como si aquellas palabras escritas fuesen dedicadas a ella.

Aquella fémina de cabellos pardos, aún estando en la parte alta de la biblioteca pudo escuchar aquellos versos. Alzó una de sus comisuras manifestando una mueca, con total cautela bajó las escaleras hasta llegar con el mismo sigilo hacia la mesa de la pelinegra.

-Llegaste temprano, cariño-agregó con dulzura deslizando sus manos por los hombros de ______.

La pelinegra gritó con consternación, su corazón se aceleró y su tez se puso pálida.

-¡Lisa!-colocó su mano en su pecho, en el lugar de su corazón-¡Casi me causa un infarto!

La miró y sonrió amablemente.

-Lo siento dulzura, no pude evitar venir a verte. Después de todo, te veías tan inmersa a la lectura que era inevitable-se cruzó de brazos gestualizando con sus tiernos gestos.

_____ bajó un poco su mirada con vergüenza, dirigiendo sus orbes hacia el libro.

-Parecías una actriz de teatro reinterpretando todo el párrafo-rió un poco, ocultando delicadamente su sonrisa con el lateral de su mano-Pensaba que ibas a venir un poco más tarde hoy, después de todo, son las 7:00am.

Levantó su mirada hacia Lisa.

-Pues...quería empezar más temprano hoy con los estudios-rascó nerviosamente detrás de su cabeza mostrando una mueca.

Lisa entrecerró los ojos y la observó con un rato con cierta sospecha.

-¿Y más tarde?¿Qué vas a hacer?-preguntó disimuladamente mientras recogía unos libros de la mesa.

-Iré a la taberna a trabajar-____ ayudó a Lisa a cargar otros libros que había en otra mesa.

-No sé si son ideas mías o es que ya tienes algún pretendiente donde trabajas-canturreó la castaña.

-¡¿Qué?!No,no,no,no ¿Cómo cree? para nada...-se tensó, su cara se ruborizó por completo.

-Yo también tuve tu edad-agregó con gracia-Además, ¿Quién iría a trabajar en su día libre?, el trabajo es una tortura. No sé como puedes ir a trabajar allí rodeada de hombres ebrios hablando estupideces.

El silencio por parte de _____ inundó la habitación. Quería reirse, porque cuando le dicen sus verdades; le dan ataques de risa.

-Vamos, vamos, veo la pequeña mueca que se te está formando, pequeña-Lisa le dio unos golpeteos a la chica en la cabeza, esta seguía volteada.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora