𝔈𝔩 𝔇𝔢𝔰𝔞𝔠𝔲𝔢𝔯𝔡𝔬 𝔡𝔢 𝔇𝔦𝔩𝔲𝔠

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-No usaré mi visión para no causar desventajas, ¿Te parece?-sus dedos se deslizaron delicadamente por el filo de la espada, la lanzó al aire en el cual dio dos vueltas y sin problemas Kaeya la volvió a tomar, esta vez apuntando a la chica.

-No me voy a contener, Kaeya, así que será mejor que uses tu visión. Después de todo quiero ver qué tanta batalla me vas a dar-lo apunté nuevamente con la espalda.

El viento movía mi cabello junto con mi mirada fija en la próxima batalla, agarraba con fuerza en mango de la espada; la moví haciendo movimientos de lado.

Kaeya rió nuevamente.

-Hablas como toda una experta, pero veamos si no es pura charlatanería.

-¡Yo doy la señal!-espetó Bennett el cuál estaba comiendo de las proviciones que trajo _____ en su mochila, esperó a tragar su bocado para luego abrir la boca, carraspeó un poco, alzó su brazo hacia lo más alto del cielo.

-3...-ya tenía mi posición lista, la estrategia estaba plasmada en mi mente-2...-Iba a darlo todo en éste entrenamiento con nada más y nada menos que con Kaeya, estaba tan complacida por tener ésta gran oportunidad, tal vez pueda impresionar al Señor Diluc-1...¡YAAA!

Kaeya no tragó polvo, en la mínima oprtunidad que tuvo se abalanzó hacia mi, yo por supuesto no me quedé atrás. Me dirigí a él con toda velocidad, apunte con mi espada hacia una de sus costados para causarle un pequeño corte. Tal vez él sería muy bueno con la espada y con habilidades excepcionales, pero él no era el único.

Esquivó el ataque dando un salto por arriba de mi cabeza, antes de llegar al otro lado usó su visión para congelarme, pero aquel movimiento no le funcionó. Yo también tenía trucos bajo la manga, aproveché de la manera más optima la viscosidad que habían dejado los slimes y me deslicé antes de que me tocara con su hielo. Al levantar polvo y separarme de allí, en lugar donde estaba anteriormente lo tomó un gran carámbano de hielo.

-Te dije que no me contendría, princesa-hizo una pequeña reverencia.

Reí de medio lado, tal vez tratando de no pensar en qué hubiera pasado si de alguna forma no hubiera podido evitar aquel ataque.

-No eres el único con toques excepcionales-corrí hacia él, al estar lo suficientemente cerca de Kaeya, él lanzó otra ráfaga de hielo, justo como lo había previsto. Di una voltereta por encima de la ráfaga. Kaeya y yo cruzamos miradas por un segundo, aquel me miraba con los ojos abiertos a la par. Tal vez era porque estaba oscureciendo o era culpa del brillo de las lucettas, pero juré en ese momento que las puntas de mi cabello se iluminaron de un color ámbar. Me posicioné por detrás de Kaeya haciendo un pequeño cráter al caer. Unas piedras se agrietaron a los alrededores.

Bennett y Kaeya me miraron atónitos, en ese momento me sentí como la más poderosa persona en la tierra, era como ¡Dios mío lo estoy haciendo bien!¡Lo estoy haciendo bien! tanto así que perdí la concentración y no miré a mi oponente.

Kaeya se encimó hacia mi y me puso contra el árbol, tomó mis dos manos y las enredó en mi espalda.

-Esto es un jaque mate, princesa-se burló victorioso.

Acepté mi derrota con una sonrisa en el rostro, Kaeya me soltó de su apresamiento.

-¡Woow, _______!¡Eso fue completamente épico!-espetó Bennett con completa emoción-¡Cuando hiciste como fushhh y luego esquivaste y fue como un BAM!-gestualizó aquello con la emoción de un adorable niño-¡Y cuando tu cabello se ilumi...!

Kaeya rió inesperadamente interrumpiendo a Bennett.

-Bueno, como acordamos. El perdedor tiene que invitarle una bebida al ganador en la taberna-dijo victorioso.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora