𝔏𝔲𝔠𝔢𝔰 𝔓𝔞𝔯𝔱.𝟏

463 50 6
                                    

La joven se mantuvo en silencio, Kaeya tenía su mano reposada en la espalda de la chica, lucía preocupado y aún cargaba con aquel enojo que le hizo pasar la bibliotecaria. Bennett se sintió mal, fue a uno de los puestos a llevarle algo a su querida amiga, la cuál, según ellos, estaba indispuesta.

Kaeya y _______ se sentaron en unos bancos próximos al cuartel, cercanos a un molino de viento en donde se encontraba un señor admirando el fresco panorama de aquel día, estando allí todavía podían percibir las risas, gritos, música y luces resplandecientes del festival. El hombre sacó de sus bolsillos un pañuelo, ya que se tomó la libertad de pensar que _____ estaba llorando por lo que había ocurrido, además de que se mantuvo cabizbaja y sin recitar alguna ocurrencia por todo el camino; aunque es lógico, ¿Quién quisiera bromear después de semejante insultada?

El peliazul le extendió el pañuelo.

-Toma, ______-la chica se volteó hacía él y se extrañó por no verla con sus ojos hinchados y su nariz roja como un botón.

-No te preocupes Kaeya, no voy a llorar por esa ridiculez-dijo con seriedad alzando la mirada hacia el cielo, soltó un suspiro de nostalgia y acarició su propio cabello tratando de acomodarlo.

-Entonces, ¿Estás bien?

-Estoy decepcionada-bajó su mirada-Eso es lo que pasa-juntó sus labios y liberó estrés haciendo como un caballo-Si me lo preguntas y lo digo porque no quiero dudas, lo que me haya dicho ella no me afecta-se giró su cabeza hacia Kaeya clavándole sus ojos violetas.

-Soy una mujer decidida, segura, sé lo que quiero y cómo lograrlo. Los comentarios de alguien como Lisa no me afectan en nada, después de todo, más que nadie sé hasta donde puedo llegar con mis habilidades y lo mucho que he avanzado-sus ojos emanaron un brillo ámbar y conforme hablaba se hacía más intenso.

-Ehh, yo...-carraspeó y se llevó la mano detrás de la cabeza con duda-Realmente pensé que eras de esas niñitas que se ponían a llorar por todo, no me esperé semejante respuesta.

La contraria esbozó una sonrisa pícara y despreocupada, con superioridad agregó:

-Que sea una persona amable y educada no significa que no tenga carácter, aunque claro, no me gusta tener que llegar a los extremos que tuve que atravesar hoy.

-Y a mi tampoco me gustaría verte realmente molesta...¡Oh niña!-se llevó las manos a los ojos y procedió a reírse a carcajadas por la ironía del asunto-Vas a venir flechandome uno de estos días.

-Ay Kaeya, no digas tonterías-le dio un empujoncito.

-Créeme que hablo en serio-se encorvó abriendo las piernas procediendo a estirarse, se le pidieron escuchar varias articulaciones tronándose, se levantó del banco-Creo que hoy es la primera vez que hemos hablado un poquito más que un hola, me refiero, tú y yo solos.

-Bueno, de cierta manera sí.

-Conocí un lado de ti que no había visto antes, muñeca-le guiñó el ojo.

-¿Qué significa ese gesto? ¿Solo estás parpadeando lento o es un vago intento de guiñarme el ojo?-bromeó.

Kaeya no contuvo la risotada, claramente se apenó, se le notó un leve rubor en sus mofletes, se llevó una de sus manos al ojo y se secó una lágrima.

-De verdad que me he reído más de la cuenta hoy contigo, gracias por eso, hoy no había sido un día muy fácil-se acomodó las ropas.

-¿Por qué lo dices con ese tono? ¿Pasó algo?-se levantó de su asiento con preocupación.

El contrario se quedó en silencio momentáneamente.

-Ya sabes, lo mismo de siempre, órdenes que seguir, reglas que cumplir.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora