𝔇𝔢𝔰𝔱𝔦𝔫𝔬 𝔈𝔫𝔱𝔯𝔢𝔩𝔞𝔷𝔞𝔡𝔬

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-¿Tienes idea a donde estamos yendo?

Xiao se encontraba siguiendo a Dilong algo malhumorado, llevaban horas...largas horas saltando de una montaña a otra.

-Claro...¡Ya casi llegamos, lo puedo sentir!-Dilong se tocó con sus pequeñas garritas los cuernos de su cabeza mientras daba circulos en el aire.

Xiao se detuvo de golpe, estampó su lanza contra una roca haciendo que sonara un gran estruendo.

-¿A dónde crees que me estás llevando?-estaba malhumorado con los brazos cruzados-Hacia allá está la ciudad.

Dilong se puso en frente de Xiao y se empezó a burlar de él.

-¿Acaso creías que una adeptus que no sabe que es adeptus y la criaron como humana va a vivir en una llanura?-dijo con un tonito burlesco.

Xiao bajó levemente su mirada, se había puesto rojo de la vergüenza, se estaba sintiendo muy tonto en ese momento.

-¿Y qué? ¿Vamos a ir allá así de la nada?

-¡Sí!¿Por qué?-Dilong reanudó su paso y Xiao iba detrás de él.

-¿No crees que un adeptus y un pequeño dragón llamen mucho la atención de los humanos?

Dilong frenó su vuelo nuevamente, esta vez un poco más dispuesto a escuchar al adeptus. Estaban en las montañas cerca del puerto de Liyue, tenían una vista panorámica excelente. Se estaba poniendo el sol, Xia en el borde del precipicio se sentó y luego Dilong lo acompañó.

El dragoncillo lo miraba atentamente, Xiao miraba con sus ojos afilados de cazador la ciudad de Liyue pudiendo atisbar hasta el más mínimo movimiento de los humanos.

-En lo que caiga la noche, iremos a revisar la ciudad-el jóven Yarksha se acostó en la grama con sus ojos mirando el basto cielo-Mientras tanto, descansemos.

Dilong aceptó la propuesta de Xiao, y sí, era mejor esperar.

(...)

Me levanté de la mesa algo ¿Nerviosa? Sí, creo que estaba nerviosa. Di una mirada al cielo, era tarde. Como dijo Tartaglia, eran las 7 de la noche, no había ni una sola pista de que Diluc ya estaba por salir de esa reunión.

Nunca pensé que esperar fuera tan aburrido.

Al paso que vamos, llegaremos demasiado tarde a Mondstadt. Hasta que una idea se me cruzó por la mente.

-Voy a visitar a mis padres-dije mientras tomaba el sendero de la casa Dorada-Igual, ¿Qué tanto? Quiero ver a mi mamá.

Sin duda los paisajes de Liyue eran un deleite visual, cuando caminabas por allí podías sentir que eras la única persona en el mundo, estaba haciendo algo de calor, pero, a estas horas empezaba el clima a refrescar.

Pasé 30 minutos caminando hacia la casa de mis padres hasta que por fin llegué. Me quedé afuera unos minutos tratando de capturar un muy buen recuerdo de cómo era mi casa, puse mi mano en uno de los bordes punzantes de las rejas.

Suspiré con nostalgia y emoción, tenía mucho tiempo sin ver mi casa. Olvidaba el hermoso jardín de Lirio Claras que mi madre tenía en el frente, las pequeñas estatuillas de dragones cerca de la puerta de la casa y el pozo en donde solía jugar cuando era pequeña.

Me fui acercando a la puerta con un nudo en la garganta y en mi estómago. Sin más, toqué la campana de mi casa.

Escuché unos pasos acercarse, fueron quitando el seguro de la puerta.

-¡______!-mi mamá saltó como un grillo hacia rodeandome con sus brazos, se separó rápidamente y posó ambas manos en mis mejillas-¡¿Qué haces aquí, mi niña?! ¡¿Cuándo llegaste?!

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora