ℭ𝔬𝔫𝔱𝔯𝔞𝔱𝔬 𝔠𝔬𝔫 𝔩𝔞 𝔟𝔢𝔰𝔱𝔦𝔞

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¿Habrá sido eso un simple sueño?¿De verdad le gustaba?

Me planteaba todo eso mientras lo veía por el ventanal, estaba resolviendo unos asuntos del viñedo, puesto a que la tormenta de anoche estropeó la cosecha terciaria. Las enredaderas completamente tiradas junto con uvas regadas por todo el lugar.

Diluc estaba tratando de rescatar lo que pudo salvarse de la tormenta, pero era mucho lo que se había perdido. Yo aún así seguía viendo como él se esforzaba y tomaba el puesto de un empleado más en la tarea.

Volteó hacia la ventana en donde yo estaba, alzó su brazo en son de saludo y me sonrió. Me sonrojé de inmediato, todavía no me acostumbraba a esto. Me quité al instante de la ventana arrecostándome a la pared con mi corazón acelerado.

Suspiré, tendría que ocuparme de algo mientras estaba Diluc trabajando.

¿Y si le escribo una carta a mis padres? Tenía semanas sin escribirles una, bueno, a mi madre. Fui hacia la biblioteca en busca de papel y pluma, cuando ya lo tuve en mis manos plasmé mis pensamientos de las últimas semanas para contárselos a mi madre.

La relación con mi padre era complicada...

Él era rubio con ojos verdes, él es de Liyue. Mientras que mi madre es igual a mi, ojos violáceos y cabellos color ceniza. Yo me parezco mucho a mi madre pero no tengo ningún razgo de mi padre, de hecho, cuando nací tuve una pequeña cola color café con detalles anaranjados, según lo que cuenta mamá.

Papá siempre pensó que mi mamá le había sido infiel, puesto a que no había ningún parecido entre nosotros, el carácter tampoco. Así que él nunca me trató como tal.

Suspiré con desdén dejando de lado esos pensamientos triste, me levanté hacia la cama en donde procedí a cambiarme el vestuario ¡Iba a entrenar!

Antes de desabrochar el vestido, en un reflejo cerré las cortinas de la ventana. Diluc al otro lado del lugar apartó su mirada con una leve sonrisa trazada en su rostro.

Me coloqué la misma ropa de ayer, esa la utilizaba para entrenar.

Salí de la mansión hacia los alrededores del viñedo, el día estaba soleado y fresco, a lo lejos pude ver un lago con amplio espacio. Fui a entrenar allá.

De las primeras cosas que me enseñó Lisa, tengo que conectarme con los elementos, dendro, anemo, geo, electro, cryo y pyro. Según ella, conectar con cada uno de estos hacia que fuese más rápido la obtención de una visión.

Me encontraba en el muelle de piedra roto del lago con tremendo rayo de sol, estaba haciendo calor la verdad. Por un momento hubo una sombra, pero más que una sombra era una persona.

-¿Qué se supone que estás haciendo?-preguntó Diluc curioso, me espantó al escucharlo.

Di un salto de golpe, me sorprendí al verlo.

-Estoy canalizando mi armonía con los elementos -recobré la compostura y mi posición.

Rodó los ojos al escuchar semejante estupidez.

-Eso no sirve.

Me levanté hacia él de forma dominante, me crucé de brazos y le dediqué una mirada de desaprobación.

-¿Piensas cuestionar las enseñanzas de la poderosa bruja de Sumero?

-Sí-fue tajante-No vas a aprender de esa forma jamás.

-¿Disculpe? ¿Y usted a qué edad recibió su visión?

-Antes de los 10 años tenía mi visión-entrecerró los ojos y se encorvó esbozando una sonrisa amarga.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora