𝔇𝔢𝔯𝔯𝔲𝔪𝔟𝔢𝔰

122 10 4
                                    

Alrededor del salón, en lo más arriba del todo se encontraba Dottore y Pantalone. El hombre alto de cabellos largos y oscuros se encontraba sentado en su trono con media pierna cruzada, al mismo momento uno de sus dedos masajeaba su frente al tener su cabeza cabiz baja, una mueca arqueada sacó a relucir su descontento y estrés por la situación tan crítica que estaban enfrentando.

―No puedo más con ese maldito niño, nunca fue una buena idea de que alguien tan joven como él se le diera la libertad de pertenecer a esta organización―echó un largo suspiro mientras se acomodaba en la silla, tomó una copa que tenía a un lado y echó un pequeño sorbo de aquel líquido.

Dottore miraba a todas las personas del baile desde arriba, las escudriñaba con sus ojos como si se tratara de un buitre buscando a quien comer.

―Si tenemos algo de suerte capaz y nuestra divina Zarina lo ejecuta, sólo quizás...―mencionó en un siseo mientras cruzaba los brazos y se posicionaba en frente de Pantalone―Aunque quisiera dejar que todo se fuera al diablo solamente para que lo expulsaran, digamos que eso no nos beneficiaría del todo a nosotros...Ya que realmente necesitamos vender nuestra mercancía.

―Lo sé, lo sé―agitó su mano derecha y se talló los ojos―Ni me lo menciones, solamente al saber cuanto capital vamos a perder por el error de Tartaglia...Dios, maldito escuincle. ¿Si quiera los inútiles de los soldados saben cómo luce el tipo que hizo el alboroto?

Dottore se recostó al barandal con una sonrisa curva.

―La suerte de unos es la desgracia de otros...y al parecer el maldito que destruyó todo se percató de que nadie lo viera. No sé si Tartaglia sabe como luce, realmente está loco, solamente una persona con un cerebro tan pequeño como una pasa se le ocurre mandar a buscar a alguien que nadie conoce.

―Tal vez las explosión de aquellas botellas lo dejaron inútil de mente.

―¿Más? ¿Es acaso eso posible?―Pantalone soltó una carcajada limpia―Tartaglia no es más que un inútil que entró por palancas de su familia a la organización, peleando es una decepción ese tipo, bueno...por algo tiene el puesto más bajo entre los Heraldos.

―Debería hablar con Pierro, la única manera de que ese niño no cause problemas es mandarlo a lugares en donde no estamos ejecutando nuestros planes, porque vamos a tener el mismo maldito resultado que hoy―Dottore se volteó y se sostuvo de la baranda. Veía como las personas bailaban como si nada. Sus ojos buscaban disimuladamente a la chica, su melena se paseaba movía como un hipnotizante reloj de un lado a otro. Él se quedó estático y con sus ojos completamente sobre ______. Afincó su codo en la baranda dejando descansar su rostro en la palma de su mano, soltó un suspiro sin poder de dejar de sentirse intrigado sobre la mujer que sus ojos examinaban con tanta quisquillosidad. Curveó sus labios mientras que en un momento Adler le dio la Vuelta a la chica, el entrecejo del Doctor se arrugó levemente mientras se separaba de la baranda.

"A este no lo vi en ninguna lista de invitados" dijo entre sus adentros, por nada del mundo le apartaría la mirada ahora a ese misterioso hombre que hizo que algo resonara en un mal presentimiento directo de su pecho.

Dirigió su mirada alrededor del lugar, especialmente a las puertas, las cuales estaban llenas de sentinelas. Se irguió separádose de la baranda de madera extrañado, se dirigió hacia Pantalone, el cual su mirada se perdía entre el fondo del salón.

―¿Estás disociando o finalmente conseguiste el descanso eterno?―Dottore le dio un par de frenéticas palmaditas en los hombros con una sonrisita infantil de oreja oreja, si seguía manteniendo ese ritmo de infante fastidioso en cualquier momento Pantalone lo iba a agarrar del cuello y lo estamparía contra la pared con más fuerza de lo que lo haría un saurio de Natlan. Pero por hoy dejaría las coasas en paz, asñi que tomó una profunda bocanada de aire y se dedicaría a ignorar la excéntrica―para no decir insufrible―personalidad de Dottore.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora